ESPAÑA

CiU no logra sumar a los socialistas a la declaración de soberanía

El PSC advierte a Artur Mas de que no está dispuesto a sacarle de un atolladero en que se ha metido solo

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La primera reunión de las cinco fuerzas que se muestran favorables al derecho a decidir (CiU, ERC, PSC, ICV y CUP) acabó ayer sin acuerdo, aunque todas ellas se emplazaron a seguir negociando los próximos días. En principio, el objetivo que se han marcado es ser capaces de lograr un texto consensuado entre las cinco siglas -que suman el 80% de los escaños- para que la declaración soberanista que el miércoles votarán en el Parlament tenga un apoyo muy contundente.

El partido que está más alejado del acuerdo es el PSC, como demostró el resultado de la minicumbre, que acercó más bien poco las posiciones, y también por las declaraciones que hicieron los líderes socialistas catalanes. Las diferencias que impiden al PSC respaldar la resolución que ven bien las otras cuatro formaciones son de calado y tienen que ver con la legalidad y con la definición de Cataluña como sujeto político y jurídico soberano. Los socialistas consideran que el proceso hacia la consulta debe estar amparado por la legalidad vigente, algo que comparten el resto de formaciones. Pero la discrepancia llega cuando el PSC mantiene que el referéndum se ha de ajustar a la legalidad estatal.

Los socialistas no están de acuerdo con que la soberanía resida en el pueblo catalán y por tanto si la Generalitat no alcanza un acuerdo con el Gobierno central para convocar un referéndum y el Constitucional tumba la ley catalana, el PSC entiende que la consulta ya no tendría sentido porque carecería de marco legal. Entre otras cuestiones, los partidos negocian un cambio en el tiempo verbal de la definición de Cataluña como sujeto político y jurídico soberano para tratar de acercar al PSC.

Una «chapuza»

«El PSC no es el partido que ha de sacar del apuro a Mas y a CiU», expresó el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, que abogó por un pacto fiscal y por recuperar el Estatut recortado. «Si alguien se ha metido en un lío de difícil salida que no nos pida responsabilidad a nosotros. Quieren que Cataluña sea un país independiente, pero no saben cómo llegar por falta de solvencia política y jurídica», añadió. Navarro, que se ahorró ayer las frases diplomáticas y conciliadoras, calificó el proceso soberanista que lideran CiU y ERC, y que tendrá en la declaración parlamentaria su primera estación, de «chapuza» que sirve de «cortina de humo» para tapar la «incapacidad» del Govern.

«Cuatro grupos estamos más o menos de acuerdo y hay uno que no lo está», dijeron desde CiU, que instaron al PSC a plantear alternativas, si bien dudaron que los socialistas tengan intenciones reales de llegar a un acuerdo. Desde Les Borges Blanques (Tarragona), el presidente de la Generalitat, Artur Mas, reclamó a los partidos, y también a la ciudadanía, hacer «piña» para conseguir construir un «país nuevo», una labor que tiene que ser de «todos», según dijo.

El líder de Uniò, Josep Antoni Duran Lleida, apeló por su parte al PSC a dejarse de «excusas» y a sumarse a la declaración soberanista, sin quererla «desnaturalizar».

Desde ICV, Joan Herrera emplazó a los socialistas a «no refugiarse en posturas maximalistas» al negociar la declaración del Parlament, y criticó que pida retirar el reconocimiento de que el pueblo catalán es el sujeto político y jurídico.

Los cinco partidos retomarán este fin de semana las negociaciones con la vista puesta en la votación del miércoles, que el PP y Ciutadans reclaman, sin éxito, que no llegue a debatirse en el pleno del Parlamento porque a su juicio sería inconstitucional.