El Gobierno se lava las manos y deja al partido la gestión de la crisis
MADRID.Actualizado:Nada que decir como Gobierno. A pesar de que casi la mitad de quienes se sientan en el Consejo de Ministros de Mariano Rajoy fueron secretarios ejecutivos del PP durante los años en los que, supuestamente, el extesorero Luis Bárcenas pagaba sobresueldos en dinero negro, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría remitió ayer al partido para la búsqueda de cualquier tipo de explicación. Y solo se atrevió a responder de sí misma: «Ni vi, ni se me ofreció ningún sobre con dinero y, por supuesto -aseguró- no lo habría aceptado».
La exdirigente del PP renunció en todo caso a desestimar la veracidad de las sospechas que recaen sobre sus compañeros de filas y ni siquiera trató de salvar al presidente del Gobierno, que protegió durante meses a Bárcenas después de que se le implicara en el 'caso Gürtel', y llegó a decir, en abril 2009, que nunca se podría demostrar que no era inocente. «Son las garantías procesales del Derecho las que llevan a que nadie tenga que poner la mano en el fuego por nadie hasta que hay una sentencia judicial», se zafó.
No solo eso, sino que aseguró haber sentido «indignación» en el momento en el que conoció las informaciones que salpican a su formación y, en varias ocasiones durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, insistió en su deseo de que «se investigue hasta el final». Pero nada dijo de si, además de una investigación judicial, el PP debería abrir una investigación interna.
Tampoco dio por bueno, además, que Bárcenas no se haya acogido a la amnistía fiscal aprobada por el Ejecutivo el pasado año, a pesar de los comunicados emitidos el jueves y ayer por Hacienda en este sentido. «No conozco esa información y no se puede saber por nadie», dijo tras recordar que los datos de los contribuyentes están protegidos por ley.