Por fin un enemigo para el alzhéimer
Los ensayos clínicos en humanos comenzarán en EE UU, donde han logrado la patente, y podría comercializarse en ocho o diez años Investigadores españoles diseñan una vacuna que ha obtenido exitosos resultados con ratones
MADRID.Actualizado:La lucha contra el alzhéimer avanza. Otra cosa es que los tiempos de la ciencia no coincidan con la urgencia de responder a los afectados por una enfermedad tan demoledora. Pero las investigaciones van poco a poco desentrañando este mal. Prueba de ello es el diseño de una vacuna contra esta enfermedad neurodegenerativa desarrollada por un grupo de investigadores españoles del Centro de Investigación Biomédica EuroEspes liderado por el doctor Ramón Cacabelos. Una vacuna que ha resultado exitosa en ratones y ya ha logrado la patente para su fabricación en EE UU, donde empezarán los ensayos clínicos en humanos que, en caso de ser favorables, permitirían su comercialización en ocho o diez años.
«El alzhéimer es una enfermedad incurable y hereditaria», recalcó ayer el doctor Arturo Fernández-Cruz, catedrático de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid en la presentación de los resultados de la investigación. Y es que lo datos son más que preocupantes. En España hay entre 500.000 y 1,3 millones de personas con esa enferemedad. La cifra a nivel mundial alcanza los 36 millones. Una cantidad que según los cálculos de los expertos puede alcanzar los 115 millones en 2050. De hecho, cada cuatro segundos se confirma un nuevo caso de este mal. Ya se ha convertido en el cuarto problema de salud con mayor incidencia en países desarrollados solo después de los accidentes cardiovasculares, el cáncer y el ictus.
«El alzhéimer es una de las enfermedades que más daña nuestra dignidad como seres humanos», afirmó el doctor Cacabelos, director de la investigación. El alzhéimer provoca la atrofia y muerte prematura de las neuronas cerebrales. Además, aunque el envejecimiento es un evidente factor de riesgo, el desarrollo de la enfermedad depende más del genoma de cada individuo. Sin embargo, como recordó el doctor Cacabelos, «existen más de 600 genes relacionados con el desarrollo de la enfermedad». Esta complejidad dificulta y ralentiza cualquier avance.
Sin embargo, los resultados del trabajo del equipo español publicados por la revista científica 'International Journal of Alzheimer's disease' son, hasta el momento, innovadores y revolucionarios. Los científicos han logrado desarrollar la vacuna EB-101 con carácter preventivo y terapéutico. En la fase de estudio en ratones han logrado importantes resultados. Los animales inmunizados no desarrollaron la enfermedad y en aquellos que ya manifestaban síntomas del alzhéimer antes de la vacunación, se logró reducir la evolución de este mal.
No es la primera vez que se prueba una vacuna contra el alzhéimer. En 2001 un grupo de científicos liderados por el doctor Schenk ya realizaron una primera tentativa que resultó infructuosa. Y es que durante los ensayos clínicos fallecieron varios pacientes por meningoencefalitis provocada por la vacuna. De ahí, que uno de los motivos esperanzadores en los resultados de equipo español es la ausencia de este grave efecto secundario. «Hasta el momento, todo lo que hizo fracasar a las vacunas anteriores lo hemos evitado», aseguró el doctor Cacabelos. En las pruebas los roedores no sufrieron hemorragias cerebrales o reacciones neuroinflamatorias que frustraron pruebas anteriores.
«Cuando la enfermedad da síntomas en la vejez, la cantidad de neuronas que han muerto es tan grande que los tratamientos terapéuticos son minimizados. Por tanto, la clave está en la prevención», advertió el doctor Cacabelos.
Varias dosis
Debido al carácter degenerativo de la enfermedad, el tiempo de actuación es fundamental. Y es ahí donde también actúa la vacuna. Tendría que inocularse a pacientes con 35 años en casos de grave riesgo (por motivos genéticos o hereditarios) o a los 45 en historiales normales. Además, no se trataría de una sola dosis, sino que serían necesarias tandas establecidas en meses. En cualquier caso, el siguiente paso es el ensayo clínico en humanos, que se desarrollará en Estados Unidos en los próximos meses. Esa es la verdadera prueba de fuego, donde debe confirmarse o no la viabilidad del tratamiento.
Sin embargo, aunque llegue a comercializarse la vacuna EB-101, no significaría la curación del alzhéimer. El propio doctor Cacabelos pidió prudencia al explicar que el tratamiento, en el mejor de los escenarios, solo sería válido para el 40% o 50% de los casos. El resto necesitaría estrategias diferentes todavía por desarrollar. Aun así sería una auténtica revolución.