Arsenio Fernández de Mesa, durante su declaración. :: CABALAR / EFE
ESPAÑA

El exdelegado del Gobierno dice que no tenía autoridad para alejar el 'Prestige'

El actual director de general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, descarga la responsabilidad sobre la autoridad marítima

LA CORUÑA. Actualizado: Guardar
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No tenía autoridad ni potestad para mandar sobre un barco a la deriva. Arsenio Fernández de Mesa, delegado del Gobierno en Galicia durante la catástrofe del 'Prestige' y actual director general de la Guardia Civil, se desentendió ayer por completo de la catástrofe durante el juicio que se celebra en La Coruña de la controvertida orden de alejar mar adentro un buque que, según definieron antes que él otras testigos, se encontraba escorado, oxidado y cargado de combustible altamente contaminante.

«Ni autoritas ni potestas», se justificó De Mesa, que echó balones fuera y descargó la culpa sobre la «autoridad marítima», representada por José Luis López Sors, exdirector general de la Marina Mercante y uno de los cuatro acusados junto al capitán griego, Apostolos Manguras; el jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulo; y el primer oficial, Ireneo Maloto, este último en paradero desconocido. Aunque era el máximo representante del Gobierno central en Galicia, Fernández de Mesa aseguró que no tenía «capacidad» para dar esa orden y aseguró que su trabajo se limitó a coordinar reuniones e informar como portavoz.

Un directivo de la empresa de rescates Smit Salvage que testificó días atrás señaló a Fernández de Mesa como la persona que más insistió en alejar el buque agonizante de la costa, una acusación que el exdelegado se apresuró a desmentir: «Yo no di ninguna instrucción a nadie». El director de la Guardia Civil también negó en el interrogatorio que se ocultasen datos sobre las dimensiones de la marea negra. «No había interés en engañar a nadie o mentir», zanjó. Tampoco recordó haber dicho que el fuel vertido se solidificaría como 'adoquines en el fondo del mar', frase que los medios pusieron en su boca.

Por último, a preguntas de un abogado sobre las «3.000 y 4.000 toneladas de fuel» en las que llegó a cifrar el vertido de fuel el 19 de noviembre -por las 63.000 que acabaron en el mar-, De Mesa remarcó que no se lo «inventó» ni intento manipular a la opinión pública. «Lo que decía en las ruedas de prensa obedecía a lo que me decían las autoridades marítimas», señaló.

El movimiento 'Nunca Máis' había pedido la imputación de Fernández de Mesa junto a Mariano Rajoy y Francisco Álvarez Cascos, que eran vicepresidente del Gobierno y ministro de Fomento, respectivamente, del Gobierno de José María Aznar que gestionó uno de los mayores desastres medioambientales de la historia de España.

«Con metralletas»

Tras la declaración del exdelegado del Gobierno llegó el turno del exsubdirector general de Tráfico, Seguridad Marítima y Contaminación, Manuel Nogueira Romero, quien admitió que fue la persona que planteó que había que «ir con metralletas» al buque al no recibir respuesta del capitán a la orden de dar remolque.

Nogueira dijo que empleó esos términos porque estaba enfadado al considerar que desde el barco «se estaba dilatando» esta operación. Según recalcó, la legislación permite entrar a las Fuerzas de Seguridad para obligar a que se ejecute una orden de estas características «y en Francia ha entrado», según puesto como ejemplo.