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Economia

«No sin la industria»

Los economistas apremian a Gobierno y regiones a estimular el consumo e inyectar recursos en un sector «clave» frente a la crisis

J. A. BRAVO
MADRID.Actualizado:

Cambiar las bases de la economía, sí, aunque se trata más de un objetivo a medio y largo plazo; pero hacerlo sin contar con el sector industrial no solo sería «complicado» sino también un riesgo innecesario para la recuperación económica del país, máxime a la vista de que «la contracción de la demanda interna agravó la caída de la actividad» en el cuarto trimestre del año, según constató el Banco de España en su último boletín. A esta conclusión han llegado los expertos del Consejo General de Colegios de Economistas de España, que este martes presentó un informe con una docena de recomendaciones al Gobierno, a las comunidades autónomas y a las propias empresas de cara a desarrollar «un debate fructífero sobre la urgente necesidad que tiene España de un nuevo modelo productivo».

Los economistas parten de la base de que la industria nacional «tiene una relevancia superior a la que muchas veces reflejan los indicadores meramente cuantitativos». Así, destacan que contribuye directamente en un 15,3% al Producto Interior Bruto en términos de valor añadido -aunque ha descendido casi siete puntos desde 1995, y apenas alcanza la mitad que hace 35 años- y que aún da trabajo a casi 2,5 millones de personas, con una tasa de empleo fijo próxima al 85% -pese a que el empleo industrial ha reducido su relevancia desde el 18,4% de 1995 al 14,2% de 2011, y desde el inicio de la democracia actual ha perdido más de un millón de trabajadores-. El peso de este sector en la economía en términos de PIB resulta, sin embargo, inferior a la media europea (20%) y se encuentra 10 puntos por debajo de Alemania (25%).

Claro que, según destacan economistas como Valentín Pich, catedrático y presidente del Consejo -que aboga por una reducción del «espeso» entramado administrativo-, o Juan Canals, presidente de la Comisión Internacional de la CEOE -quien habla de la necesidad de «reindustrializar» el país-, la industria también actúa como «factor de arrastre» para otros sectores, en especial, el de los servicios, donde se generan dos puestos de trabajo adicionales por cada empleo que se crea en aquella. Si hablamos de las políticas de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en el ámbito privado, casi la mitad (47%) de las empresas nacionales que las practican son industriales, suponiendo además el 46,4% de los gastos en esa materia.

«Cambiar la inercia»

Bajo esos parámetros, y teniendo como horizonte los objetivos de la Política Industrial Europea para el año 2020, los economistas advierten de que «será difícil cambiar la inercia general» de la economía del país «sin la participación de la industria, con la que se debe contar como motor básico de recuperación». A este respecto, Angel Hermosilla, uno de los autores del informe, apunta que «los países que tienen un mayor peso» en este sector «están saliendo mejor de la crisis». Para reforzarlo, apremian a las administraciones públicas -empezando por el Gobierno- a actuar «a corto plazo» en tres líneas «fundamentales»: estimular la demanda interna, inyectar recursos financieros «de forma efectiva y a un coste razonable» tanto para familias como para empresas y facilitar la «adaptación a la realidad» de la capacidad productiva y económica.

Recomiendan, asimismo, restablecer la confianza económica, impulsar nuevas reformas estructurales, continuar con la contención fiscal y mejorar la productividad, pues la industria solo usa ahora un 74,1% de su capacidad productiva tras tener que ajustarla por la crisis.