UN DERBI INESPERADO

Hasta a lo que mi memoria llega en cuanto a recuerdos futbolísticos, un derbi entre el San Fernando y el Cádiz siempre ha sido una fiesta para los aficionados al fútbol en mi ciudad. Una oportunidad de demostrar ante el 'grande', de crecerse. Un partido especial. Los que recuerdo son todos en Segunda B y siempre eran los amarillos los que llegaban como favoritos. En la mayoría de los casos, los resultados fueron favorables para los de la capital.

Por eso esta temporada estoy viviendo algo insólito. A estas alturas puedo asegurar que es la mejor de los azulinos que estoy presenciando en primera persona, puesto que el pasado glorioso en Segunda División a mí me queda demasiado lejos, y todo lo que sé es a través de viejos recortes de prensa e historias que me cuentan mi padre y algunos aficionados que ya hace tiempo que peinan canas.

Este domingo, por las circunstancias que se vienen dando y con la clasificación en la mano, el Cádiz no llega al partido con ese papel. Al menos, da la sensación de que el San Fernando puede dar la campanada en el Ramón de Carranza.

El curso está dejando muchos éxitos y alegrías en La Isla, y por la idiosincrasia de la afición sería algo muy grande que el equipo de Masegosa pudiera llevarse la victoria de este partido del que muchos llevan hablando ya varias semanas.

En Cádiz se han probado otras mieles y ya tener que jugar un partido como este supone un castigo. La Segunda B no es la categoría en la que se debería estar. Pero las circunstancias son las que son y ahora lo importante es empezar a ganar partidos.

Raúl Agné tiene una gran piedra de toque y la oportunidad de encadenar un nuevo triunfo, que serviría para cambiar el panorama y, casi seguro, salir del descenso. ¿Quién hubiera presagiado esto en la pretemporada?