Reino Unido acude al rescate de Francia en Malí ante la amenaza islamista
Dos aviones británicos refuerzan la operación armada del Gobierno de París, en alerta roja ante el temor a que se produzcan atentados
Actualizado:Los cazas franceses han bombardeado Gao, la población más importante bajo control de los islamistas en el norte de Malí. Testigos aseguran que las bases yihadistas locales han sido destruidas y que los rebeldes se han retirado. Según esas mismas fuentes, la confianza de sus habitantes radica en una rápida ofensiva por tierra que ocupe la zona e impida el regreso de los extremistas. Este puerto fluvial a orillas del río Níger se convirtió en el bastión de la rebelión tuareg, laica y favorable a la autodeterminación de la región septentrional, antes de que los islamistas los derrotaran y se hicieran con dos terceras partes de la geografía nacional.
Los ataques aéreos han seguido produciéndose por tercer día y han tenido como objetivos los campos de entrenamiento, infraestructuras y centros de aprovisionamiento situados alrededor de las ciudades de Konna y Douentza y la comuna de Léré, en el centro del país. Portavoces del Elíseo también han informado de la muerte de Abdel Karim, uno de los líderes de Ansar Dine, el grupo que ha protagonizado la última ofensiva contra el gobierno de Bamako.
Cuatro aviones Dassale Rafale, con base en la antigua metrópoli, están llevando a cabo las operaciones que anticipan el ataque por tierra. Fuentes del Elíseo han advertido de la gran potencia militar de los guerrilleros, bien entrenados y equipados con sofisticado armamento obtenido en el caos posterior al colapso del régimen libio. La potencia militar gala se ha visto reforzada por la llegada de dos aparatos británicos con apoyo logístico.
Además de ofrecer su cooperación, el primer ministro británico, David Cameron, también ha llamado a impulsar la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Malí y el desarrollo de un proceso político, paralelo al militar, que conduzca a la celebración de elecciones.
Buena acogida
La llegada de una fuerza regional de combate resulta inminente. La Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO) aprobó el pasado viernes el despliegue inmediato de este contingente cuyo objetivo es colaborar con las tropas indígenas en el desalojo de los milicianos de la vasta extensión ocupada. La misión internacional está formada por unos 3.500 soldados procedentes de Senegal, Benin, Togo o Níger, y su entrada en combate estaba prevista para el próximo mes de septiembre.
La alarma ante la nueva ofensiva fundamentalista ha precipitado la respuesta contra los radicales. La convicción de que el Ejército nativo es incapaz de detener la agresión ha movilizado a todas los actores implicados y acelerado los mecanismos de respuesta. El capitán Amadou Haye Sanogo, jefe de la junta militar que dio el golpe de Estado del pasado mes de marzo, que llegó a asegurar que las tropas regulares podrían hacer frente a la crisis, se ha felicitado ahora por la participación de Francia y sus socios africanos.
La iniciativa gala ha sido también bien recibida por la comunidad de expatriados malienses en la antigua metrópoli y organizaciones civiles del país saheliano como la Asociación de Derechos Humanos, que reclaman la expulsión de los islamistas, responsables de numerosos abusos. Las milicias locales progubernamentales y contrarias al poder tuareg también han mostrado su deseo de colaborar en la reconquista del territorio.
La visita del primer ministro maliense Diango Sissoko a Argel también parece destinada a recabar apoyos en el agente más recalcitrante a la operación internacional. La reacción oficial, sin embargo, parece anunciar un cambio de postura. Ayer un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino reconoció que la actuación había sido resultado de «una decisión soberana de Mali, que pidió ayuda de potencias amigas para fortalecer las capacidades nacionales en la lucha contra el terrorismo».