Egipto volverá a juzgar a Mubarak
Los abogados del expresidente consiguen que se repita el proceso mientras la oposición ve una oportunidad para vengar a sus 'mártires'
EL CAIRO.Actualizado:Egipto parece condenado a repetir una y otra vez los pasos dados durante su agitada transición en un doloroso círculo. Asambleas, elecciones y ahora uno de los pocos puntos que habían quedado (mal) cerrados: el juicio contra el expresidente Hosni Mubarak. El Tribunal de Apelaciones ordenó ayer la repetición del proceso por el que el antiguo 'rais' había sido condenado a cadena perpetua tras aceptar los recursos interpuestos por la defensa. El hombre que gobernó con mano de hierro el país durante tres décadas se encuentra en la cárcel de Tora por no impedir la matanza de más de 850 manifestantes durante la revolución que acabó por derrocarlo, y que cumple su segundo aniversario el próximo 25 de enero.
Tanto su último ministro del Interior, Habib el-Adli -que también fue condenado a cadena perpetua-, como seis de sus colaboradores volverán a ser juzgados. Casi todos ellos se encuentran en la cárcel, ya que varios tienen otros procesos pendientes. Aún no se ha fijado fecha para la primera vista, en la que se volverán a revisar la pruebas presentadas por ambas partes, pero no se añadirán nuevas evidencias, aseguró ayer uno de los abogados de Mubarak, Mohamed Abdel Rezek.
El primer proceso al exmandatario, que duró 10 meses, supuso más una victoria moral para la 'primavera árabe' que un ejercicio de auténtica justicia. Mubarak fue el primer presidente en ser llevado a los tribunales por su pueblo, pero tanto opositores como defensores de los derechos humanos, abogados y magistrados independientes criticaron lo caótico del juicio, que se llevó a cabo de manera superficial y acelerada, y en el que los mismos acusados de perpetrar la matanza contra los manifestantes, el aparato de seguridad del Estado, fueron los encargados de recabar las pruebas para su inculpación.
El veredicto, que se anunció el 2 de junio del año pasado, dejó un sabor agridulce en muchos egipcios, que celebraron la condena del exdictador y de El-Adli, pero que quedaron desolados al conocer que la Justicia no había sido capaz de apuntar contra los que dieron las órdenes y los que apretaron los gatillos. Mubarak y su exministro han sido prácticamente las dos únicas personas condenadas por las muertes durante la revolución, y su castigo viene por no impedirlas, no por ejecutarlas.
Seguidores del expresidente celebraron ayer la decisión del juez Ahmed Ali Abdelrahman de aceptar las apelaciones, pero la repetición del proceso también ha sido bien recibida por muchos de sus opositores, que la consideran una nueva oportunidad para hacer justicia. La Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales, una de las ONG de derechos humanos más prestigiosas del país, lanzó una serie de recomendaciones para que las autoridades no vuelvan a caer en los mismos errores del primer juicio, y pidió que se acepten nuevas pruebas y se nombren a más acusados.
Evidencias incriminatorias
En noviembre del año pasado, el presidente, Mohamed Mursi, pidió a la Fiscalía que iniciara nuevas investigaciones sobre Mubarak, El-Adli y todos aquellos acusados de haber causado la muerte de manifestantes. A principios de este mes, esa comisión presentó evidencias que implicaban más profundamente al antiguo 'rais'. Según esas pesquisas, Mubarak habría seguido por televisión los acontecimientos que se desencadenaron el 25 de enero de 2011, por lo que sería consciente de las tácticas brutales utilizadas por sus fuerzas de seguridad, algo que él había negado en el juicio.
Mubarak, de 84 años, cumple su condena en la cárcel de Tora, al sur de la capital y su salud es, según los médicos que le atienden, delicada. Poco después de su ingreso en prisión sufrió un empeoramiento en su estado físico, y la agencia estatal llegó incluso a anunciar su «muerte clínica», algo que los doctores desmintieron horas después. A finales de diciembre sufrió una caída en la bañera, por lo que actualmente se encuentra en el Hospital Militar de Maadi, cerca de la prisión.
Ayer se conoció además que los dos hijos del exdictador, Gamal y Alaa, que acompañan a su padre en la cárcel por delitos de corrupción, también podrían ver repetido otro juicio del que fueron absueltos junto con el empresario hispanoegipcio Hussein Salem, detenido en España por vender supuestamente gas a Israel a precios menores de los de mercado.