Propuestas para un mayor rigor
Actualizado:La comisión revisora de los procedimientos de inspección, nombrada por el Banco de España, ha contado con la colaboración de expertos del Banco de Holanda y del Banco de Francia, en una aproximación a lo que será la futura supervisión común europea. Reconoce que su metodología tendrá que ir «adaptándose al nuevo marco europeo» y está a la espera de lo que determine la 'troika' -CE, BCE y FMI- en su análisis de los cambios introducidos. Mientras, ya ha optado por un mayor rigor en su actuación.
Cuando aumente el perfil de riesgo de una entidad concreta, se activarán actuaciones cada vez más coercitivas para detener el deterioro futuro. Se podrán recomendar medidas relativas al gobierno interno, aunque también imponer otras cualitativas como recargos de capital o retención de beneficios. Eso sí, de no haber resultados, se pasaría de una primera fase de recomendación al requerimiento formal para aplicar estas limitaciones.
Todas las entidades relevantes tendrán seguimiento in situ. Hace 10 años que se implantó esta fórmula en Santander y BBVA, con numerosos inspectores 'empotrados'. Y desde hace tres se extendió a CaixaBank, Popular, Sabadell... En las entidades medianas, además de adaptarse a los recursos disponibles, se tomará en cuenta el conocimiento acumulado en su labor por la inspección anterior.
Las conclusiones, sin demoras. Se establece que las resoluciones de las inspecciones in situ, además de entregarse a la entidad para la eventual corrección de datos erróneos, deben trasladarse efectivamente y sin retrasos a los órganos decisorios del Banco de España.