Llegó la hora del disfrute

Esta vez sí. Convencido de sus posibilidades, saliendo enchufado desde el primer minuto, tocando el balón para buscar la mejor opción, poniendo en aprietos al equipo visitante, encandilando a su afición... Esta vez el Racing sí fue el equipo que sus seguidores quieren ver en el José del Cuvillo. El mismo que deja tan grata imagen a domicilio, similar al que comenzó con renovadas esperanzas en la ya lejana pretemporada. Y así llegó la tercera victoria rojiblanca de la temporada en su estadio.

El Pozoblanco, marcado en las últimas semanas por los problemas económicos, sufrió ayer el mejor juego de los discípulos de Mere en Valdelagrana. Y es que, salvo un cabezazo del visitante Chapi al inicio (7'), los racinguistas llevaron el peso del partido.

Asentados con solvencia en la zona defensiva y liderados en el ataque por la verticalidad de Sergio Beato y el saber estar de Benítez, los portuenses también contaron ayer con dos recursos muy importantes. Alberto oxigenó el juego con sus frecuentes internadas por el extremo derecho, mientras que Rafi Cruz, titular en la punta de lanza, se adaptó a las mil maravillas a su circunstancial demarcación.

El primer tanto de la tarde pudo llegar en el minuto 21, pero el meta Javi Sánchez, que había fallado al blocar un centro, sacó dos claras ocasiones a Benítez y Rafi Cruz.

Silveira y Bajic también probaron fortuna, pero el partido se puso muy de cara para los racinguistas tras la expulsión de Manu Estepa al filo del descanso (41'). Curiosamente, ahí apareció un inmenso Ismael para evitar que Santacruz diera la campanada antes del intermedio. Sacó el balón de la mismísima escuadra (43').

Un penalti para derribar el muro

La segunda parte no pudo empezar mejor para el Racing. Rafi Cruz era trabado por Javi Sánchez en el interior del área. Penalti, amarilla y gol de Benítez, que esta vez no falló, aunque el meta vallesano puso el corazón de los rojiblancos en un puño con su estirada.

Cuatro minutos después fue Rafi Cruz el que redondeó su actuación al aprovechar un rechace y colocar el 2-0. El Portuense se gustaba, la afición disfrutaba y a la contra podía llegar el tercero.

Silveira estuvo a un paso de lograrlo, Lara lo evitó después, pero Rober, que al final jugó, apuntilló tras una asistencia del omnipresente Sergio Beato (79').

De ahí al final, Benítez tuvo que retirarse por lesión y Silva acortó diferencias (89'). Pese a todo, el Racing se marchó con una ovación merecida. Esta vez sí.