Vamos a echar un ratito bueno

Apúntense otra de las virtudes de esta tierra, que por muchos palos que recibe, tiene ese arte innato de sonreír y sacarle la carcajada al vecino en las situaciones más extremas. Esta nueva edición del Carnaval viene con el trasfondo del año más duro de esta crisis que parece que nunca se acaba y ante el inicio de un nuevo ejercicio en el que tampoco se vislumbra mejoría alguna. En ese terrible contexto arranca esta noche el Concurso de Agrupaciones en el Gran Teatro Falla. El pésimo tiempo será respondido con los mejores semblantes, con las voces afinadas, dispuestas a decirle al respetable aquello que les lleva quemando las entrañas.

La batalla de las coplas en las tablas del Falla es el prolegómenos de la fiesta que después se vivirá en la calle. La ventaja del Carnaval de Cádiz, por encima de otras grandes celebraciones que se viven en la provincia y fuera de ella, es que no hace falta llevar el bolsillo lleno para pasar un buen rato. Las coplas y el arte se regalan por los rincones, tan solo se espera el aplauso como contraprestación. Así que ahora toca disfrutar, que ya llegará marzo para despertarnos a la realidad.

Y esa alegría espontánea que llenará la ciudad, volverá a asombrar a los de fuera, que una vez más se preguntarán cómo en este rincón de la península, protagonista habitual de las cifras del paro, de la falta de oportunidades, del éxodo paulatino de sus familias, se reconvierte en escenario del mejor 'music hall' callejero.

Este tesoro hay que cuidarlo y, por eso, ahora que Cádiz será mencionada por el arte que recorre sus calles, es tiempo también de recordar que el Carnaval gaditano aún espera que la ciudad le dé su sitio. No es de recibo que una de las fiestas más reconocidas en el país ni siquiera cuente aún con un museo que sirva a los visitantes a entender y enamorarse de ella. Pero seguro que eso será materia de copla.