El Atlético cumple con su rutina

Diego Simeone ha construido un grupo que cumple jornada a jornada el guion sin saltarse una línea. Agresivo en los inicios, peligroso en las jugadas a balón parado y rocoso en defensa, el ideario del Cholo se ha demostrado eficaz hasta convertirse el Atlético de Madrid en un adversario sin puntos débiles visibles.

Así se desplegó el conjunto rojiblanco en el recibimiento al Zaragoza. Con las bajas de Álvaro y Movilla los visitantes apenas pudieran discutir el centro del campo. De hecho, solo la falta de puntería de Godín y Falcao retrasó el primer tanto hasta que pasada la primera media hora de juego Tiago cabeceó a gol un saque de esquina del exzaragocista Gabi. Manolo Jiménez debió enfadarse por recaer en la misma acción que unos minutos antes había amenazado el portugués con su remate.

Con la ventaja en su mano el equipo madrileño respetó su habitual costumbre de cerrar sus líneas de seguridad, insistir con la presión y lanzar algún contragolpe. Pronto llegó el premio porque el creativo Arda Turan se personó en el área y aprovechó la impetuosidad de Sapunaru para proporcionar un penalti que no desperdició Falcao.

Después del trabajo bien hecho los rojiblancos pudieron dedicarse a una segunda mitad plácida. Los visitantes ni siquiera enseñaron las uñas y hasta pudieron regalar un nuevo gol en contra con una indecisión entre Loovens y Roberto que acabó con el defensa en el suelo tras chocar con su guardameta.

El triunfo sobre el Zaragoza supone para el Atlético de Madrid terminar una vuelta perfecta en casa en Liga con su décima victoria en diez partidos disputados en el Vicente Calderón. Con 30 goles a favor y 6 en contra como locales, el segundo puesto en la clasificación y el feudo del río Manzanares parecen inmovibles.