Maduro, ayer en el acto en apoyo a Chávez con los presidentes de Bolivia, Uruguay y Nicaragua. :: M. G. / EFE
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Una marea humana sale al rescate de la legitimidad del Gobierno venezolano

La oposición denuncia la instauración de un «régimen de facto» y convoca una marcha a favor de la democracia y la Constitución

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Hugo Chávez no pudo tomar posesión de su cuarto mandato pero miles de sus simpatizantes lo aclamaron frente al Palacio de Miraflores. Dentro de la sede de la presidencia de Venezuela, algunos destacados dirigentes chavistas se probaban un remedo barato de la banda tricolor que hubiera debido volver a recibir el líder bolivariano de no estar convaleciendo en La Habana de su larga batalla contra el cáncer. Además, representantes de 20 países se dieron cita en Caracas para cerrar filas en apoyo a las instituciones venezolanas. Sin embargo, la oposición interna y externa insiste en que ayer se instauró un «régimen de facto» y convocaron a una marcha de protesta el día 23 en la capital.

Los chavistas acudieron en masa a la convocatoria de sus líderes. Las principales avenidas de la capital quedaron cortadas por una marea humana que lucía camisetas rojas. Sin embargo, en la Universidad de Los Andes, perteneciente al Estado de Táchira, se registraron enfrentamientos y quema de neumáticos entre la Policía y estudiantes que protestaban por lo que consideran golpe de Estado del chavismo. También hubo una fuerte presencia de uniformados en las proximidades del hotel Meliá, donde se hospedaron la mayoría de las delegaciones extranjeras.

Además de José Mujica, presidente de Uruguay, se personaron el boliviano Evo Morales, y el nicaragüense Daniel Ortega, representantes de los 18 países de PetroCaribe y la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), así como de El Salvador, Honduras y Argentina. Firmaron la 'Declaración de Caracas' para colaborar en los «espacios internacionales» en el «empeño» del Gobierno del que se encarga el vicepresidente Nicolás Maduro para impedir que la salud de Chávez sirva de «pretexto para atentar contra las instituciones democráticas».

Con su presencia dan por buena la tesis oficial de que el acto era una mera formalidad y que, como avaló el jueves el Tribunal Supremo de Justicia es «un acto innecesario por la continuidad administrativa del Gobierno» y Chávez puede tomar posesión ante esa alta corte cuando se recupere de su cuarta operación para controlar un cáncer pélvico.

La oposición en contra

La interpretación no convence a la oposición. El problema es que la Constitución no contempla la situación actual: que el presidente esté fuera del país y con una enfermedad de la que no se sabe si se recuperará. La Carta Magna prevé que el mandatario en ejercicio pueda estar fuera del país con autorización de la Asamblea Nacional 90 días prorrogables por otro periodo similar.

Pero también establece que si un presidente electo no puede tomar posesión por una ausencia absoluta -incapacidad física o mental permanente, muerte o abandono del cargo- asumiría el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien convocaría a elecciones en un plazo de 30 días. Chávez dijo que si ese era el caso sus simpatizantes debían votar por el vicepresidente y canciller Nicolás Maduro. No obstante, nadie fuera del círculo más cercano a Chávez conoce con exactitud la situación real del líder.

Según varios juristas, ayer terminaba el mandato legal y sin juramento de Chávez todo su Gabinete sería «ilegítimo». Pero Maduro y otros dirigentes sostienen que como Chávez fue reelecto hay «continuidad», término que no figura en ninguno de los 350 artículos de la Constitución de 1999. Tampoco contempla que un funcionario, cuyo período o mandato expiró pueda seguir al frente de sus funciones.