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Biden, cara a cara con la Asociación Nacional del Rifle
Comparan al vicepresidente de EE UU con Hitler y Stalin por querer controlar la venta y uso de armas de fuego
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarEl duelo entre la Asociación Nacional del Rifle y el vicepresidente Joe Biden acaba de empezar. Mientras se reunían ayer en la Casa Blanca, otro tiroteo en un colegio de California les robaba los titulares en las pantallas de televisión. Esta vez el pistolero era un estudiante sin rifle semiautomático ni cargadores de alta capacidad como los que usó Adam Lanza para matar a 20 niños en el colegio de Newtown. Si se cumple la voluntad de Biden, no habrá ningún otro.
Biden dijo a un grupo de «cazadores y organizaciones de interés sobre la vida salvaje» convocados ayer en la Casa Blanca que «nunca había oído hablar tanto de los tambores de alta capacidad» hasta el mes pasado. Según Associated Press, el vicepresidente recomendará el martes a Barack Obama vetar este tipo de tambores de uso militar que permite descargar cien balas sin respirar. A eso habrá que añadir otras medidas que presuntamente incluirán renovar el veto civil a los rifles automáticos y semiautomáticos de uso militar, que nada tienen que ver con la caza o la autodefensa.
El presidente quiere tener preparado un paquete de medidas que anunciar durante su discurso sobre el estado de la Unión a final de mes. La sola idea de que pueda usar su poder ejecutivo para autorizar algo que probablemente le niegue el Congreso ha desatado la cólera entre los amantes de las armas, que amenazan incluso con una revolución como la que dio lugar al nacimiento de EE UU y le comparan con Hitler y Stalin.
De momento eso ha servido para que la poderosa Asociación Nacional del Rifle que dirigiese Charlton Heston mientras vivió haya reclutado 100.000 socios en los últimos 18 días. Gracias a ellos la NRA, por sus siglas en inglés, representa ya a 4.2 millones de poseedores de armas en EE UU y se acerca a su objetivo de tener cinco millones antes de que acabe este debate. Para incentivar la afiliación, que solo cuesta 25 dólares al año (19 euros), la agrupación regala a sus nuevos miembros un cuchillo de monte, que parece ser el complemento perfecto para sus rifles.
Cifras récord
La fiebre por comprar armas antes de que el Gobierno las prohiba es meramente paranoica, porque nadie se plantea siguiera esa posibilidad. Sin embargo, ha servido para que en el mes de diciembre se batieran todos los récords de venta de armas, con casi un 40% más que en otros años, según el FBI, que lleva la cuenta de los historiales delictivos solicitados para la venta de armas. Fueron casi tres millones de solicitudes en el mes de diciembre, que elevaron a casi 20 millones el total del año. Y ya hay más de 300 millones de armas legales dispersadas en EE UU.
Los datos no incluyen las famosas ferias en las que se producen mayoritariamente ventas privadas entre propietarios, o vendedores que posan como tales para quedar exentos de ese requerimiento. Algunos de los principales vendedores oficiales, como la cadena Walmart, están también en conversaciones con la Casa Blanca, que pretende incluir en sus propuestas desde la influencia de Hollywood hasta los videojuegos.
Los expertos creen que a pesar de todas las diferencias, Biden puede encontrar áreas en común con el NRA, a cuyo lobista en jefe, Chris Cox, conoce bien de sus tiempos en el Senado y de las playas de Delaware. Será, por tanto, una reunión mucho más amistosa de lo que pueda parecer desde fuera, por mucho que los caricaturistas dibujen a Biden vestido de sheriff en un duelo a muerte con la organización. Cox dice estar dispuesto a hablar con los legisladores sobre «cualquier política razonable», pero en la práctica solo propone custodiar los colegios con guardias armados y endurecer las penas contra los criminales reincidentes. Su teoría es que «la única manera de detener a un malo con una pistola es un hombre bueno con pistola».