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Botella asegura que «nunca» pensó «arrojar la toalla» por la tragedia del Madrid Arena
La alcaldesa dice que «no ha perdido la confianza» en su vicealcalde, al que destituyó por sus vínculos con Flores
MADRID. Actualizado: GuardarNi en los peores momentos de la tragedia del Madrid Arena, cuando todas las miradas se dirigían al ayuntamiento por los fallos en cadena de la 'macrofiesta', ni cuando la oposición política pidió al unísono que se fuera en la comisión de investigación. «Nunca he pensado en arrojar la toalla», aseguró ayer Ana Botella, alcaldesa de Madrid, el día después de que destituyera a su número dos, el vicealcalde Miguel Ángel Villanueva, por su responsabilidad política en los hechos.
Botella pasó página ayer tras la mayor remodelación de su equipo de gobierno a raíz de la destitución de Villanueva. A la defensiva, sin entrar en el fondo de las explicaciones dadas por su mano derecha, la regidora del PP mantuvo que se trata de una dimisión, no un cese, y que «no ha perdido la confianza en él». «Es alguien muy importante, que ha sido un colaborador leal, al que tengo un aprecio en lo político y en lo personal», se limitó a decir.
Hasta en cuatro ocasiones le preguntaron ayer sobre los motivos de la salida del vicealcade, que llevaba en el consistorio desde 2004 y en la política madrileña desde 1995, pero nada. Solo contestaba que no iba a añadir más a lo que dijo Villanueva. Este, curiosamente, dejó tres reflexiones que merecían una respuesta, pero esta no llegó.
En concreto, Villanueva aseguró el miércoles que se iba para «serenar los ánimos» en el ayuntamiento, que había padecido «presiones» y a la pregunta de si se sentía cabeza de turco señaló que «el tiempo pondría a cada uno en su sitio». Por el contrario, Botella se centró en explicar los cambios en su Gobierno propiciados por esa salida y los justificó en la necesidad de conseguir una administración «más reducida» y «más austera».
Quinielas
La alcaldesa mostró su respaldo «absoluto» a dos de las personas que estaban en la quiniela de la crisis de Gobierno por su vinculación política con la tragedia del Madrid Arena, pero que se han mantenido a última hora. El delegado de Medio Ambiente, Seguridad y Movilidad, Antonio de Guindos, del que dijo que «es un lujo tenerle en el Ayuntamiento de Madrid», y a la hasta ahora concejala delegada de Seguridad y Emergencias, Fátima Núñez, que ha pasado a ser responsable del distrito de Carabanchel.
De forma posterior, la regidora popular sacó pecho y se declaró «heredera» de las políticas del PP de los últimos años en Madrid, «que han llevado a la ciudad a cotas de prosperidad que no ha tenido antes». «Tenemos las mejores infraestructuras de España y la mejor atención a personas sin hogar», defendió, en un claro guiño a su antecesor, Alberto Ruiz Gallardón.
Precisamente, el ministro de Justicia destacó ayer el «acierto» de Botella para solventar la crisis de su equipo tras la salida de Villanueva, al que piropeó por su «lealtad» al consistorio madrileño.
También el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, enmarcó la decisión de Botella en un «ejercicio de responsabilidad» en un momento en que se ha vivido uno de los hechos «más dramáticos de los últimos tiempos». Por el contrario, el portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, criticó que la alcaldesa «no tiene ruta, rumbo ni patrón» y está viviendo una «situación de emergencia política de difícil arreglo».