Dos modelos para rescatar el pasado arqueológico de la ciudad
El coordinador de las prospecciones de los yacimientos de la Casa del Obispo y El Cómico inaugura el Máster en Patrimonio Histórico de la UCA
CÁDIZ.Actualizado:Manuel Arcila Garrido, decano de la Facultad de Filosofía y Letras y Vicente Castañeda Fernández, coordinador del Máster en Patrimonio Histórico-Arqueológico presidieron ayer la inauguración de dicho curso que imparte la Universidad de Cádiz por sexta edición consecutiva. La apertura contó con la lección inaugural 'Los yacimientos del Teatro Cómico y Casa del Obispo (Cádiz): peculiaridades de dos modelos de gestión del patrimonio arqueológico', que impartió el arqueólogo municipal José María Gener Basallote.
En su conferencia, el experto dio a conocer las fases de ambos proyectos, basados en el rigor y la calidad de sus investigaciones arqueológicas y que se han convertido en un referente para comprender y explicar el origen fenicio-púnico y romano de la ciudad de Cádiz, y que tras un proceso de restauración y conservación, se han transferido sus resultados para una puesta en valor. Lo primero que reseñó Gener en su intervención es que ambas intervenciones han tenido que superar diversas trabas administrativas hasta el fin verse en marcha. Del mismo modo, explicó que para ser ésta una ciudad trimilenaria, que lleva a gala su origen y antigüedad, hay muy pocos yacimientos en los que se pueda comprobar in situ esas peculiaridades. Por eso, tanto la obra del Cómico como la Casa del Obispo supusieron desde sus primeros pasos un enorme potencial para la administración local. Bajo esa premisa arrancaron las dos intervenciones que, sin embargo, cuentan con un puñado de diferencias. La primera, en cuanto a aparición en el tiempo, es que en el caso de la Casa del Obispo, fue casual. Nada que ver con la el proyecto del Teatro Cómico, fruto de la «cabezonería» del Ayuntamiento y el por entonces director del Museo, Antonio Álvarez, con la colaboración del propio Gener.
A partir de ahí, las particularidades entre ambas intervenciones se agudizaron. En la Casa del Obispo se intervino de urgencia y aplicando un método adaptativo. Por el contrario, lo que esconde el suelo del hoy Teatro de Títeres la Tía Norica, fue tratado de una forma preventiva y planificada. En este sentido, además, en el yacimiento de El Cómico se iba a construir un edificio de nueva planta, mientras que la Casa del Obispo se trata de una arquitectura histórica. Esa apreciación tuvo incidencia directa con el contenido del mismo. «Hay que considerar que la Casa del Obispo ha tenido un uso diacrónico, se ha ido reutilizando el espacio para la misma función. Sin embargo, el Cómico ha tenido sucesivas ocupaciones en periodos diferenciados. Hay que tener en cuenta además, que en el primer caso la conservación es más sencilla puesto que en el edificio predomina la sillería de mampostería. La arquitectura de tierra de El Cómico es un auténtico horror a la hora de conservar, con su consiguiente coste y necesidad de innovar», explicó el arqueólogo municipal.
Porque si un tema quiso dejar claro ayer Gener para los futuros expertos es que «sin investigación no hay contenido».