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La hora perdida de los niños insomnes

Nuestros hijos duermen 60 minutos menos que los niños de hace 30 años

A. CHESSA / MUJERHOY.COM
MADRIDActualizado:

Dormir es una necesidad incuestionable para todas las especies vivas que pueblan la Tierra. Sin embargo, los humanos (y solamente nosotros) regateamos con el sueño más a menudo de lo que deberíamos. Es más: en según en qué contextos, está mal visto reconocer que uno duerme, de media, las horas necesarias para el perfecto descanso. Admitir que se descansa a gusto es tanto como retratarse ante los demás como vago, indolente y falto de ambición. Los fuertes son los que se resisten al sueño, dando por hecho que de esta manera multiplican la actividad productiva en horas de vigilia. Se nos olvida con frecuencia lo que, con su ironía habitual, sentenció Woody Allen: “Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas... pero no las mismas”.

Pero, ¿qué ocurre cuando estas personas que se niegan el derecho al descanso completo acaban imponiendo también esa restricción a sus hijos? Sea por tener una agenda excesiva de actividades, sea por pura imitación de los hábitos de sus progenitores, los niños y adolescentes de hoy duermen una hora menos que hace 30 años. Las consecuencias de esta carencia van más allá del vago sonambulismo en la primera hora de clase y empiezan a alertar a un buen número de expertos. El ejemplo del adolescente medio es sintomático. Sus cambios de carácter, su falta de implicación, el tono violento y desabrido con el que responde (si responde) cuando se le interpela... son vistos como imponderables por la mayoría de los adultos de su entorno. Es así. No hay nada que hacer... ¿O sí? ¿Se comportaría igual si durmiera lo suficiente? (Más información en MujerHoy.com)