Valcárcel re-recuperado
Actualizado: GuardarPues va a resultar que al final Valcárcel no se estaba cayendo a trozos. En el mundo al revés, donde hace unos meses los miembros del colectivo Valcárcel Recuperado tenían que ser desalojados, más allá de por los intereses urbanísticos que rodeaban a la posible construcción del hotel de cinco estrellas, porque el estado de conservación del inmueble hacía temer por su integridad, parece que ahora no hay problemas en utilizar ese mismo edificio para trasladar de forma provisional a los estudiantes de la Escuela de Hostelería Fernando Quiñones. Curiosamente, esa misma Escuela, de la que ahora hay que salir corriendo porque el techo se puede caer en cualquier momento, permaneció abierta y en uso durante todo el tiempo en que de forma constante se ha ido requiriendo, primero a Diputación, y luego a Zaragoza Urbana, los propietarios del antiguo hospicio en cada momento, que realizaran urgentemente obras de seguridad.
Hay algo que para las mentes no cuadriculadas por los años de estudio técnico como la mía no encaja. Ahora, que seguro que hay una explicación para todo. No lo pongo en duda. Sobre todo porque carezco de argumentos para rebatirla e incluso de mimbres para comprenderla.
Los jóvenes aspirantes a chef volvieron ayer a las clases teóricas dando de nuevo vida a las pizarras del colegio viñero. Quizá incluso aprovechando los trabajos de restauración realizados por sus últimos ‘ocupadores’. O puede que no, como pasa con todo lo que rodea a Valcárcel, que nunca se sabe.
Tampoco se sabe si el hecho de que Zaragoza Urbana asuma su papel y anuncia que va a realizar, como le corresponde, las obras de rehabilitación necesarias en las dependencias de la Fernando Quiñones implica que está dispuesta a volver a implicarse en algún proyecto en Valcárcel. O no. A lo mejor van a arreglar la Escuela para entregar por fin las llaves de vuelta a la Diputación, que no parece dispuesta a ‘comerse el marrón’ de recepcionar un edificio ruinoso en el que tendría que gastar un dinero curioso para poder darle uso.
Eso sí, nada han dicho de arreglar la fachada del edificio histórico, que es lo que de verdad le viene reclamando desde hace mucho tiempo el Ayuntamiento de Cádiz. Por ahora, solo se ha abierto una puerta trasera para que puedan entrar los estudiantes de Hostelería. La principal, está más cerrada que nunca.