El chavismo cierra filas
Una «severa infección pulmonar» agrava el delicado estado del presidente de Venezuela
Actualizado:La evolución de Hugo Chávez, a 25 días de su cuarta operación de un cáncer pélvico en un hospital de La Habana, sigue complicándose. Al «delicado» posoperatorio se ha sumado una insuficiencia respiratoria derivada de una grave infección pulmonar que los médicos trataban ayer de controlar. Sin embargo, y pese a las declaraciones del Gobierno, parte de los venezolanos sospecha o teme, según su ideología, que la situación del mandatario podría ser terminal.
El jueves por la noche, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, explicó a la nación que «tras la delicada cirugía del pasado 11 de diciembre, el comandante Chávez ha afrontado complicaciones como consecuencia de una severa infección pulmonar. Esta infección ha derivado en una insuficiencia respiratoria que requiere del comandante Chávez un estricto cumplimiento del tratamiento médico».
En una intervención de apenas dos minutos, el ministro aprovechó para alertar de una supuesta «guerra psicológica» que han desatado medios internacionales para desestabilizar el Gobierno bolivariano. Medios antichavistas sostienen que el mandatario vive conectado a un respirador artificial y que sus hijas tendrán la última palabra a la hora de decidir su desconexión. Saliendo al paso de las críticas opositoras sobre la falta de transparencia ante la enfermedad de Chávez, Villegas aseguró que han «dado seguimiento permanente a la evolución clínica» y que el Gobierno «ha actuado con la más absoluta rigurosidad ante cada una de las dificultades presentadas». También dentro del país varios medios han recibido el apercibimiento de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Se trata de dos emisoras de radio y otra de televisión, por no difundir el último informe oficial sobre la salud del presidente Hugo Chávez. El director de Conatel, Pedro Maldonado, declaró que «la Ley de Responsabilidad en Radio y Televisión establece la obligación que tienen los medios de comunicación de radio y televisión de trasmitir las alocuciones oficiales».
Horas antes el vicepresidente y ministro de Exteriores, Nicolás Maduro, y el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello -los dos hombres fuertes de la Venezuela actual- comparecían juntos en una inauguración para disipar los rumores de luchas internas en el chavismo. Dándose las manos y hablando de unidad, Maduro desestimó esos comentarios. «Nosotros estamos aquí, unidos, hermanados más que nunca y claritos de dónde vienen los ataques», dijo. Después agregó: «Hemos jurado unión con nuestro pueblo y lealtad al comandante».
«Más temprano que tarde»
Al regresar a Caracas tras permanecer desde el 28 de diciembre en La Habana, el vicepresidente designado por el propio Chávez como su sucesor en el caso de que hubiera que concurrir a elecciones presidenciales apuntó que «más temprano que tarde vamos a ver a ese comandante Hugo Chávez aquí en su patria, aquí con nosotros, y nosotros le entregaremos parte de la situación de nuestra patria».
Maduro apuntó directamente contra el secretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, quien reclama transparencia y acceso a los informes médicos en lugar de a declaraciones del Gobierno.
Por su parte, Cabello -considerado del ala más dura del chavismo- afirmó que quienes «están sacando cuentas en base a las supuestas peleas que les dicen sus asesores y opinadores sin oficio, pagados, que dicen que hay algún tipo de problemas entre el compañero Nicolás Maduro y mi persona, o Rafael Ramírez o los compañeros de la Fuerza Armada, van a pasar dos mil años esperando a que eso ocurra». Según el titular de la AN, «no vamos a traicionar al pueblo, cada día habrá más revolución».
Sin embargo, la zozobra por la situación real del controvertido líder bolivariano se agudiza en Venezuela conforme se acerca el 10 de enero, fecha fijada por la Carga Magna para asumir oficialmente el que sería cuarto mandato de Chávez desde 1999. Si su salud no se lo permite entonces habría que convocar elecciones presidenciales en 30 días. Siempre y cuando se respete la norma constitucional.