ESPAÑA

El Ayuntamiento no investigará al Samur por el Madrid Arena

Las grabaciones hechas públicas revelan la actitud displicente de las asistencias ante las llamadas de socorro

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Ayuntamiento de Madrid, al menos por el momento, no va a abrir ninguna investigación interna para aclarar si hubo negligencia en la actuación de los servicios de emergencia, Samur, en la tragedia del Madrid Arena, tras conocerse las grabaciones que revelan la actitud, cuanto menos, displicente de los trabajadores de emergencias ante las llamadas de socorro de los amigos de dos de las jóvenes fallecidas.

Las grabaciones, hechas públicas por la edición digital del diario El Mundo, son dos. La primera fue a las 4,13 horas y la realizó una amiga de Belén Langdon, la menor que falleció dos días después de la avalancha mortal. La joven, muy agitada, pide urgentemente ayuda porque «hay una chica que se ha desmayado y ha perdido el conocimiento en el Madrid Arena». El operario del Samur se muestra escéptico: «Muy bien, pues tendréis que sacarla como podáis porque ahí no podemos entrar», responde con indolencia.

«¡Se está muriendo!», contesta la chica desesperada ante el desinterés del funcionario. «Sí, se está muriendo», repite mecánicamente el telefonista con absoluta frialdad, antes de preguntarle «si ha bebido». La amiga explica que «se ha desmayado porque la han aplastado». El operario, sin dar credibilidad a la llamada a pesar del estado de nerviosismo de la joven, responde «¡Ah, claro!»

La segunda llamada, poco después, es de un amigo de Rocio Oña, que falleció minutos después. El joven, a pesar de la extrema situación, es capaz de explicar con todo lujo de detalles hacia dónde están evacuando a la víctima. El mismo empleado se limita a dar vagas indicaciones y cuando el joven le dice que están «saliendo por el Pabellón de Cristal hacia el aparcamiento», el telefonista se limita a decir con la misma displicencia anterior que «hay muchos aparcamientos».

El funcionario, de nombre Francisco, trató ayer de disculpar su actuación la fatídica noche. «Yo estoy allí prácticamente forzoso, ocupando un puesto que no debería. Yo soy técnico conductor de ambulancia, no operador para responder el teléfono», aseveró en declaraciones a EsRadio.

Francisco, que aseguró que llevaba menos de dos semanas en la centralita telefónica, arguyó a modo de disculpa que «no se expresa bien» porque no tiene «don de palabra». Inidcó además que había sido recolocado días antes en ese puesto tras la reducción de personal en el parque móvil del ayuntamiento.

Apuntó que todas las ambulancias que estaban en la zona, sobre todo para atender comas etílicos, se quedaron a varios centenares de metros del Madrid Arena porque «eran recibidas a botellazos» y «zarandedas» por los asistentes al macroconcierto. El ayuntamiento, por su parte, sostiene que pese a la recolocación, su empleado tenía formación en emergencias.