Fallece el 'último montañés de La Isla' que plantó cara a la obra del tranvía

Se fue. Pero lo hizo sin dejar de defender lo que consideraba que era justo. Luchando por aquello que le había costado tantos años levantar. Una vivienda y un negocio eran toda su vida y la obra del tranvía se lo arrebató. En los acuerdos de expropiación no le querían reconocer el negocio y Joaquín Moreno no lo aceptó. Por ello se mantuvo la denuncia de los afectados que conllevó al decreto de paralización de la obra.

Su caso está visto para sentencia. Un juez debe decidir si lo que él pide es justo o lo que la Junta pretende darle es suficiente. Eso él ya no lo sabrá. Tampoco le importaba mucho porque no dudaba en cambiarlo todo por volver a tener su casa y su negocio. Algo imposible, por lo que reclamó hasta el final lo que consideró que le pertenecía. Aunque su lucha continúa, Joaquín Moreno faltará a la cita de la última batalla del litigio.