Mujeres y carnaval

El Carnaval se ha renovado en los últimos tiempos pero aún mantiene costumbres algo obsoletas. Para esta próxima edición, una mujer será la encargada de encarnar al Dios Momo que se quema en la Plaza de San Antonio. Mientras, se celebrará una vez más el concurso para elegir a la más guapa de la fiesta. Conservar la distinción de 'Diosa' por mucho que se prime la inteligencia y el saber estar de las candidatas es apostar por mostrar la imagen de la 'mujer florero'. No entiendo muy bien qué función tienen las ninfas al margen de ocupar un palco y una carroza en la cabagalta. Y ni mucho menos comparto aquello de que representan a las gaditanas.

El concurso de agrupaciones, aunque trata de innovar, también sigue anclado en el pasado. En el Falla se aplauden con fervor las letras dedicadas a las madres y a las gaditanas, pero no se termina de aceptar que existan agrupaciones con voces femeninas. No gusta porque el Carnaval, el del Falla, es un mundo de hombres en el que parece que sólo ellos pueden escribir, componer e incluso mantener esas disputas entre grupos que tanto interesan. Han pasado muchos años desde que el coro mixto de San Fernando y el de Adela del Moral rompían moldes sobre las tablas del Teatro. Recuerdo que antes las mujeres sólo estaban en la línea de bandurrias y guitarras. Hoy en día ha crecido la participación femenina en el COAC y hay más de una agrupación que se atreve a ofrecer su repertorio en el Gran Teatro y ante un público exigente donde los haya. Sin embargo, y pese a que cuando actúa un grupo de chicas la acogida suele ser buena, seguro que tendrán que pasar muchos carnavales hasta que uno de esos conjuntos femeninos conquiste al jurado y consiga un premio.

Pese a todo, fuera del Falla, en la calle, no existen tantas ataduras ni convencionalismos y triunfa la espontaneidad y el buen hacer de chirigotas como la de las Niñas, la de Susana Ginesta o Alicia Pérez Fopiani, que sin duda suponen la mejor representación posible de la mujer gaditana en estas fiestas.