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Profecía 40.50.60

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Si quieres conocer si un país tiene futuro existen diferentes maneras de averiguarlo. Podemos recurrir, o caer, en lo prosaico de la economía, o sea mirar el ‘diferencial’ con el bono alemán a diez años, o simplemente cuantificar cuánto invierte en I+D+I, o ceñirse a los datos estadísticos que evalúan el rendimiento de su sistema educativo (informe Pisa). Pero lo más sencillo, y con mayor valor predictivo positivo, es mirar su pirámide de población. Ahí sí que se aprecia el potencial de crecimiento que puede tener un país, donde se conoce hacia dónde va su desarrollo. Con esos datos nuestro futuro es bastante incierto. España es un país envejecido. La media de edad de la población española supera los 41 años. Ni siquiera la inmigración masiva producida en la última década, con una población muy joven y con hábitos reproductivos de países en vías de desarrollo, ha podido mitigar este envejecimiento. Incluso el incremento de la población extranjera en más de un 200% en la última década no ha sido suficiente para reducir esta cuarentona media de edad que nos lleva al abismo provecto. Ahora, además nos convertimos en país exportador de gente joven, de la generación mejor formada, de esa que puede que eche raíces lejos de nuestras fronteras. Todo ello ha llevado a un aumento considerable de la tasa de dependencia, relación entre ciudadanos no activos (menores de 16 y mayores de 64 años) y los considerados activos (entre 16 y 64 años). Actualmente situada en un 0,50, lo que significa que ahora sólo dos personas en edad de trabajar lo hacen para mantener a cada menor o jubilado.

En la ciudad de Cádiz la situación es aún peor. La capital lidera la pérdida de población en toda España. Apenas llegamos a los 124.000 habitantes. Con décadas continuadas de pérdida de población podemos perder el concepto población de capitalidad de provincia. A este paso no sólo Jerez nos superará en habitantes, sino que Algeciras, San Fernando, El Puerto de Santa María y Chiclana van camino de conseguirlo.

Tal vez la causa sea que la ciudadanía sí se ha tomado en serio lo del Área Metropolitana de la Bahía de Cádiz, y han trasladado su lugar de residencia a otras localidades, o que somos una de las provincias donde menos inmigrantes han fijado su residencia, o que nuestros jóvenes tienen que emigrar en busca de las oportunidades que aquí no se les brindan y ejercen con pulcritud la formación aquí conseguida con el esfuerzo de todos en países que sólo aprecian su mano de obra cualificada, y sobre todo barata.

Lo cierto es que de aquí a poco se cumplirá la profecía 40.50.60. En la década de los años cuarenta el cincuenta por ciento de la población española tendrá más de sesenta años.