El ahogado en el puente Zuazo se había escapado del Clínico

Todo transcurría como cualquier otro lunes. Ni siquiera se divisaba el ambiente festivo de Nochebuena, tan solo menos tráfico en la autovía. El puente Zuazo despertaba con los primeros pescadores esperando una buena jornada, pero nadie podía imaginar que la faena acabaría demasiado pronto. En el mismo momento en el que divisaron un extraño cuerpo flotando en el caño de Sancti Petri.

Al principio no distinguieron de qué se trataba, hasta que empezaron las sospechas de que era una persona. Como no respondía con las cañas en la mano decidieron intentar acercarlo al puente, al menos consiguieron el objetivo y entonces dieron aviso a la Policía Nacional. Era un hombre, pero ya poco se podía hacer por él. Así lo confirmaron los propios agentes que realizaron de forma directa las gestiones oportunas para el levantamiento del cadáver.

A las once de la mañana se lo llevaron para el forense, ya que había que responder varias cuestiones. En primer lugar se constató que no había ningún tipo de signos de violencia, también se comprobó que llevaba varios días muerto en el caño, porque presentaba un avanzado estado de descomposición .

La búsqueda se centró en los hospitales ya que en el brazo tenía los restos de una vía y portaba una especie de venda en la cabeza. Además de tener una pulsera identificativa de la que se utiliza en los hospitales, con el nombre de Santiago E.M., lo que facilitó su identificación.

Al tiempo que el cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia, desde la Policía Nacional se iniciaron las consultas pertinentes que dieron como resultado que el pasado 18 de diciembre se había fugado del Hospital de Puerto Real un hombre de 69 años cuya identificación coincidía con los restos hallados.

Así, el hombre habría ingresado en el centro hospitalario por razones que no se han precisado el día 17 de diciembre, marchándose del mismo al siguiente día sin haber recibido el alta médica. Ahora en la investigación se trata de averiguar la forma y el motivo por los que este hombre terminó finalmente flotando a la altura del puente Zuazo, siendo su cadáver rescatado por unos pescadores.