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El cadáver pez

Enrique Montiel de Arnáiz
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Pobre hombre muerto pobre o rico que has sido encontrado reposando lo que antaño fuiste en las aguas que bañan el Puente Zuazo de la antes conocida Isla de León. Siddharta Gautama (no el de Hesse, el joven halcón, sino el Buda de andar por casa, en zapatillas, claro está) diría de ti que te convertiste en pez navideño, con escamas lumínicas y branquias de oro. Y como lenguado magnífico te encontraron en las aguas los pescadores de osteictios. Suena en tu honor “One more cup of coffee”, la versión que Robert Plant hizo de Dylan (el poeta sin Nobel), hace una década. Aún no sabemos quién eras ni a qué osario te dirigías; eres un cadáver pez sin nombre ni dirección.

No has podido escuchar lo bueno y lo malo que la nochebuena nos ha dejado en la mesa donde otrora los españoles se batían a muerte con 200 Monges y el pavo de campo al horno, hoy pollo con patatas y vino de pitarra. Te perdiste el discurso de un Rey ajado, circunstanciado, intentando provocar la dignidad en quienes hace vidas que la perdieron, transmigrados. El monarca de todos, hasta de los que no quieren, mostrándonos un camino abstracto hacia lo que debe ser y lo que no, sin hablar de sus caídas y sus operaciones, de sus malhadados yernos (siempre lo son) y sus elefantes bostwanenses o sus hijos amatrimoniales. Un Rey que lee la lección a quienes cínicamente oyen pero no escuchan, los que ríen a su espalda y se limpian las heces con una bandera, sin el son de un himno sin letra. Como Artur Mas.

No he escuchado al Rey, ni a Gonzalo Moliner, presidente del CGPJ y el Tribunal Supremo; ni a Eduardo Torres-Dulce, fiscal general del Estado; ni a Mariano Rajoy, presidente, según dicen, del Gobierno; ni a Alfredo Pérez Rubalcaba, opositor de su partido y el ajeno, aconsejar a la marioneta de la familia Pujol sobre la consecuencia de sus actos. No he sabido que le hayan advertido qué será de él si no prometía por la Constitución y el Rey su cargo; si tapaba con telas negras los cuadros del Jefe del Estado; si promovía y sufragaba con el dinero recaudado de todos los españoles una consulta secesionista. Desconozco si alguna entidad no gubernamental pro derechos cañíes y ciudadanos indignados de las tantas que hay, ha interpuesto una querella criminal en los Juzgados de guardia de la nación frente al tal. Seguramente no (por miedo a las tasas gallardonianas, probablemente). Pero lo que sí tengo claro es que no se puede pedir a los menos que hagan lo que corresponde a los mas: Que los mas denuncien a Mas.

Por eso, bello cadáver pez transfigurado en hombre buscando plancton en las aguas del Puente Zuazo, do dos siglos atrás tantos gabachos fueron abono y dispendio de pececillos por entre los caños y sus algas, vuelas de este mundo para volver o no (eso préguntaselo a Siddharta) en la Nochebuena, como hace demasiado poco nos dejó Miguel Vélez, profesor de historia y enfermo de Parkinson, que hubiera rubricado con su propia sangre la denuncia contra el Poc Honorable President Mas por lo dispuesto en el artículo 543 del Código Penal, que puedes buscar en el google de los peces cadáveres, si tienes curiosidad.