Monti entra en política sin partido
Se ofrece a «guiar» a las fuerzas que adopten su hoja de ruta, aunque descarta ir en listas en la campaña
ROMA.Actualizado:Por fin ayer llegó el día tan esperado en Italia en que Mario Monti, hasta ahora primer ministro técnico, debía aclarar si entraba en política, y encima en esta política, para las elecciones del 24 de febrero o prefería estarse tranquilo en su casa. Monti protagonizó una de sus ruedas de prensa magistrales, casi tres horas, en la que hizo gala de elegancia, honestidad y fino pero letal sentido del humor. Sobre todo contra Silvio Berlusconi, a quien despedazó quirúrgicamente con su ironía, algo que delató cómo se ha tenido que morder la lengua en el último año. Respecto a la gran pregunta que debía responder, quedó en evidencia que ni él mismo sabe muy bien qué hacer. Confesó que es consciente de que no le convendría, pero se siente obligado por su conciencia a hacer algo por su país. Tras confirmar que ha diseñado una 'Agenda Monti', un programa con las reformas que a su juicio necesita el país, aclaró que entrará en el juego político con quien comparta sus ideas. «Daré mi aprecio, mi apoyo y, si me lo piden, seré guía de las fuerzas interesadas en esta agenda», anunció. Pero no pasó de ahí y no quedó claro cómo lo hará.
Lo único claro es su disposición a echar una mano y prestar su servicio. La forma de articularlo quedó más vaga y en este sentido el culebrón no ha terminado, porque también dijo frases contradictorias: «Yo no me alineo con nadie». El papel de Monti en la batalla electoral será el tema de las Navidades y seguirá sobrevolando la campaña, al menos hasta que sea más explícito. En vez de lanzarse a la piscina ha preferido invitar a los que quieran a seguirle, adoptando su programa. Probablemente no haya un partido de Monti, sino uno de la 'Agenda Monti', que por tanto contará implícitamente con su beneplácito. Descartado Berlusconi, más todavía después de los palos que le arreó ayer, y también el Partido Demócrata (PD) de centroizquierda de Pierluigi Bersani, favorito en los sondeos, su partido sería esa nueva coalición de centro formada en los últimos meses y que le corteja para que sea su líder. A fin de cuentas, su oferta se dirige casi exclusivamente a ellos. También a quien se les quiera unir, pues podría haber abandonos en el Pueblo de la Libertad (PDL) de 'Il Cavaliere' entre los más críticos con él, y también entre los más oportunistas, pues ese barco parece que se hunde.
El movimiento Italia Futura, de Luca Cordero de Montezemolo, presidente de Ferrari, uno de los pilares de ese proyecto de centro, suscribió ayer de inmediato su llamamiento: «Compartimos de la primera a la última palabra». Sin embargo, Montezemolo es el componente de sociedad civil del nuevo bloque y es significativo que las fuerzas que llevan el peso político guardaran silencio. La UDC democristiana de Pierferdinando Casini y Futuro y Libertad (FLI), de Gianfranco Fini, ambos antiguos aliados de Berlusconi que acabaron fatal con él, quizá estén defraudados. Monti les daba un subidón de puntos en los sondeos -de 9-10% a como mínimo el 15%-, y les permitía ocultar sus caras -llevan 30 años en el Parlamento- tras un símbolo de cambio. Ahora tienen que aclararse para saber cómo explotar la 'marca' Monti. El PDL, por su parte y como era lógico, dio por cerrada ayer «toda posibilidad de colaboración» con Monti, y eso que el propio Berlusconi le ofreció su puesto la semana pasada, cosa que nadie se tomó en serio. El PD expresó su aprecio por su «seriedad» y dijo que estudiaría sus propuestas, pero dejó claro que aspira a que el Gobierno vuelva a los políticos.
Monti no irá en las listas electorales, porque ya es senador vitalicio y no necesita ser elegido, y tampoco prestará su nombre a una formación para que se convierta en su bandera, pues dijo tener «poca simpatía por los partidos personales». Pensando en la fase posterior a las elecciones sí mostró su disponibilidad a ser candidato a primer ministro si hay fuerzas que se lo piden y «con mis condiciones».