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Una gestión bajo sospecha

Zona Franca vuelve a estar en el punto de mira por las anomalías detectadas, y denunciadas ahora por el PP, durante la etapa del socialista José de Mier

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La gestión de la Zona Franca vuelve a estar bajo sospecha. El exdelegado del Consorcio durante la etapa del Gobierno socialista, José de Mier, desvió dinero público destinado a inversiones a pagar el gasto corriente de la casa. Es decir, utilizó las partidas que venían de planes especiales para el desarrollo económico de la provincia para cumplir con las nóminas de los empleados y pagar los recibos de luz, agua y mantenimiento del recinto fiscal. Estas explosivas declaraciones las hizo ayer el actual responsable de la Zona Franca, el 'popular' Jorge Ramos, durante el tradicional desayuno navideño con los medios de comunicación. Lo más grave de este asunto es que el dinero utilizado para otros fines procedía de fondos europeos (Feder) y del maltratado Plan de Reindustrialización. No debemos olvidar que en 2011, el empresario gallego Alejandro Ouviña estafó al Estado unos quince millones de euros con cargo a este plan. Recibió la ayuda para tres proyectos industriales en Cádiz que nunca llevó a cabo. Las deficiencias detectadas por el nuevo Gobierno del PP en la gestión del denominado Plan Reindus, durante los años de gestión socialista, han obligado ahora a endurecer el criterio de asignación de estas ayudas. Las palabras del delegado de Zona Franca, Jorge Ramos, vienen a demostrar que el Gobierno del PSOE no tenía control sobre el dinero que daba y la mejor prueba de ello es lo ocurrido en Zona Franca durante la gestión de José de Mier. Los actuales gestores del Consorcio tendrán que devolver el dinero que no se empleó en la época socialista a los fines para el que fue asignado.

La Zona Franca no levanta cabeza. esta situación se suma a los dos procesos judiciales abiertos también contra otros dos exdelegados, pero en esta ocasión de la época del PP. Se trata de Miguel Osuna, imputado por malversación en el caso de Quality Food y Manuel Rodríguez de Castro, imputado también por el caso Rilco.