Carlos Floriano, Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy, Javier Arenas y Esteban González-Pons en la interparlamentaria del PP reunida ayer en Toledo :: ISMAEL HERRERO / EFE
ESPAÑA

Rajoy endosa a Zapatero la «culpa histórica» de sus recortes sociales

El presidente del Gobierno asegura que no olvida que 2012 ha sido un año de «sufrimiento y dolor» para muchos españoles

MADRID. Actualizado: Guardar
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A Mariano Rajoy ya no le basta con responsabilizar a la herencia recibida de José Luis Rodríguez Zapatero de algunos de sus ajustes más severos, sino que ahora quiere que el PSOE cargue con la «culpa histórica» de haber dejado «un déficit de bancarrota y hay que decirlo, alto y claro, por muy presente que ya lo tengan todos los españoles, insisto, alto y claro».

El presidente del Gobierno, durante su intervención en la 18 Asamblea Interparlamentaria del PP reunida en Toledo, intentó neutralizar la nueva estrategia de oposición que anunció el domingo Alfredo Pérez Rubalcaba, y que se centrará en los recortes sociales aprobados por el Gobierno. Rajoy advirtió de que el PP no va a consentir «que quien socavó nuestro Estado del bienestar nos pretenda dar lecciones de política social o proclamarse su defensor».

El líder de los populares no quiere que ninguno de sus militantes baje la cabeza ante la contestación social que han tenido algunas de sus decisiones. De hecho, pidió a los cuadros medios de su formación un esfuerzo didáctico para explicar a los ciudadanos las reformas y para rebatir a los socialistas. «El PSOE -abundó Rajoy- congeló las pensiones y no nosotros, nosotros no hemos congelado las pensiones y esto hay que decirlo claro, simplemente porque es verdad».

Rajoy, arropado por Dolores de Cospedal y el resto de la cúpula de su partido, confesó que el año que ahora concluye «es el más duro que nos ha tocado vivir». Realizó un análisis de su primer año de mandato sin apenas autocrítica, con un retrato áspero y gris del presente y una fe ciega en que 2013 será el año puente entre la crisis y la creación de empleo, pese a que existen múltiples predicciones de organismos internacionales que apuntan a que la caída de nuestra economía no se frenará hasta dentro de dos años.

Rajoy se mostró sereno y más optimista que de costumbre, tal vez porque los últimos acuerdos de la Unión Europea alejan, de momento, el fantasma del rescate de la economía. Un éxito que, de momento, no se nota en la economía real, en la de la calle, tal y como reconoció el propio presidente. Es más, aseveró que ni olvida ni olvidará «el dolor y el sufrimiento» que han padecido muchas familias en este año que ahora concluye. En especial, los casi seis millones de parados.

De hecho, ha apostillado que él no puede olvidar a todos los españoles que no tienen empleo y de todas las familias que lo están pasando mal. Un crudo retrato de realidad, pero con una inusitada dosis de esperanza, precisamente para aquellos que están sin empleo. «Todo lo que hace este Gobierno lo hace con un objetivo prioritario y es que recuperen sus vidas y su bienestar», remachó.

Rajoy defiende que sus reformas, aunque duras, son el único camino posible para superar «siete años de parálisis y desaciertos» del Gobierno socialista. Una creencia que, a su juicio, también comparte esa «mayoría silenciosa» de españoles que no sale a las calles a protestar pero que, cuando llega el momento de las urnas, sigue confiando en el PP aunque el Gobierno haya tomado decisiones «en contra de lo que le habíamos dicho a los españoles». El líder del PP exhibió como ejemplo de esta tesis los resultados obtenidos por su formación en las pasadas elecciones vascas y catalanas, donde apenas acusaron el desgaste en pérdida de votos, pero sobre todo en las gallegas, donde Alberto Núñez Feijóo revalidó su mayoría absoluta pese a la tempestad de los ajustes.

Ahorro y reformas

Soraya Sáenz de Santamaría participó ayer por la tarde en este mismo cónclave, que concluye hoy en Toledo. La vicepresidenta del Gobierno dejó claro que seguirán por la senda de las reformas. Los próximos pasos serán la liberalización de «determinados servicios» en Energía y en Telecomunicaciones y la aprobación de una ley que garantice la unidad de mercado.

Además, ponderó los primeros resultados en términos de ahorro económico de la reforma de la Administración del Estado. Destacó, entre otros, la limitación de la oferta de empleo público, ampliación del horario laboral, suspensión de una paga extra (5.425 millones); reducción de otros gastos corrientes, especialmente en publicaciones (89,1 millones); ahorro en alquileres (31,8 millones); racionalización del parque móvil, (10,5 millones) y rebaja y límite de las retribuciones (9,7 millones).