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Una sucursal de Banesto en Vitoria. :: BLANCA CASTILLO
Economia

Adiós a un banco con 110 años de historia

La intervención La entidad protagonizó en 1993 uno de los mayores escándalos de la banca española, cuando estaba dirigida por Mario Conde El Banco Español de Crédito vio la luz el 1 de mayo de 1902

CÉSAR CALVAR
MADRID.Actualizado:

El jueves 1 de mayo de 1902, mientras miles de obreros desfilaban por las principales ciudades del mundo para reclamar mejoras laborales, en la capital de España -que no declararía festivo el día del trabajo hasta la II República- veía la luz el Banco Español de Crédito. La sociedad nacía por iniciativa de un grupo francés presidido por Gustavo Pereire, administrador de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, y de un conjunto de inversores españoles.

El germen del actual Banesto echó a andar en una fecha tan señalada hace 110 años con un capital social de veinte millones de pesetas representado por 80.000 acciones de un valor nominal de 250 pesetas. Su primera sede social estuvo en el Paseo de Recoletos, en el eje central de Madrid, y pronto abrió sucursales en ciudades exportadoras mineras como Almería y las jienenses Linares y La Carolina. También instauró una oficina en París, en cuyo mercado cotizaban sus acciones.

El período de relativa bonanza en que derivó para España su neutralidad en la Primera Guerra Mundial permitió al banco comprar las acciones en manos de los socios franceses. A partir de 1927, con un cuarto de siglo de actividad ya a sus espaldas, la entidad inició un proceso de crecimiento que incluyó la absorción de los bancos comerciales de Valencia, Burgos y Oviedo, el Banco Gijonés de Crédito y el Mercantil de las Américas.

Ni siquiera la Guerra Civil interrumpiría ese avance y su política de absorciones. En la década de los cincuenta se hizo con el Banco de Vitoria y en los 70 reforzó su presencia en todos los puntos de la geografía española.

Su primera sacudida, de la que salió airosa, la sufrió en noviembre de 1986 cuando el Banco de Bilbao lanzó una opa hostil sobre Banesto días después de proponerle una fusión que fue rechazada. La entidad vivía entonces uno de sus mejores momentos, contaba con más de 2.000 oficinas y se contaba entre los cinco grandes de la banca nacional.

Pero la etapa más convulsa de su larga historia comenzó a gestarse a principios de los noventa, cuando el grupo se vio inmerso en una espiral de morosidad y falta de capital. La gran crisis se desencadenó el 28 de diciembre de 1993 al acordar el Banco de España su intervención y el cese fulminante de todo el consejo de administración, con su presidente Mario Conde a la cabeza, y el nombramiento de uno nuevo liderado por Alfredo Sáenz, hoy consejero delegado del Santander y en aquellos tiempos vicepresidente primero de BBV.

La intervención del supervisor, que garantizó desde el primer momento la liquidez de todos los depósitos, se producía pocas horas después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidiera suspender la cotización de las acciones del banco a raíz del hundimiento de su valor en la Bolsa. El detonante habían sido los rumores sobre un descomunal agujero patrimonial de 450.000 millones de las antiguas pesetas (unos 2.704,5 millones de los euros actuales).

El gran estallido

Había estallado el 'caso Banesto', por el que Mario Conde -para muchos un advenedizo en el mundo de las finanzas- vería arruinada su fulgurante carrera y tendría que responder, a partir de 1994, a varios procesos judiciales que le llevarían a la cárcel. En marzo de 1997 fue condenado a seis años de prisión por apropiación indebida y falsedad en documento mercantil. Para Banesto la crisis supuso el punto y final a su gran expansión.

El temporal hundimiento de Banesto fue el detonante de su relación con el Santander. El Fondo de Garantía de Depósitos adjudicó en 1994 en subasta al gigante presidido por Emilio Botín el 73,45% de la entidad, que confirmó a Sáenz como presidente. El coste fueron 313.476 millones de pesetas (unos 1.888 millones de euros). Santander pagó 762 de las viejas pesetas (4,5 euros) por acción, más que las 667 pesetas (4 euros) ofrecidas por BBV. El grupo público Argentaría valoró en 566 pesetas (3,4 euros) los títulos.

Hoy el grupo Santander controla el 90% de Banesto, que dispone de 1.698 oficinas -muchas solapadas con la primera entidad financiera española- y 9.178 empleados a los que el grupo ha prometido que no adoptará medidas «traumáticas».

La absorción por el Santander pone fin a una marca centenaria, que durante su larga trayectoria absorbió a su vez a una treintena de entidades españolas. Su desaparición total de las calles españolas se producirá antes del fin de 2013.

«Banesto ha sido un referente en la banca española en los últimos 20 años». «Su integración en Banco Santander es una operación sin riesgo de ejecución, puesto que llevamos muchos años compartiendo la misma plataforma tecnológica. Los equipos de Banesto van a seguir jugando un papel clave en el Grupo Santander», señaló ayer Alfredo Sáenz.