La realeza del rock canta por las víctimas del 'Sandy'
Unos 2.000 millones de personas en todo el mundo vieron el concierto benéfico de Nueva York a través de televisión e Internet
NUEVA YORK.Actualizado:Fue una reunión musical para la historia, la mayor concentración de estrellas del rock vista sobre un escenario desde los multitudinarios conciertos 'Live Aid' de lucha contra el sida en 1985. La causa esta vez era recaudar fondos para los damnificados del 'Sandy', con el Madison Square Garden de Nueva York convertido en epicentro de solidaridad. Nadie mejor que Bruce Springsteen, oriundo de la maltratada Nueva Jersey, para abrir una noche eléctrica que cautivó a millones de personas en todo el mundo. Cuando presentó 'Mi ciudad en ruinas', Springsteen contó que escribió esa canción inspirado en Asbury Park, una localidad costera, ahora destruida, en la que siempre han convivido ricos y pobres. «Rezo por que esas características se mantengan a lo largo de la costa de mi Estado».
Tras las emotivas palabras del autor de 'Born to Run', una catarata de viejas y nuevas leyendas del pop y del rock dieron lo mejor durante casi seis horas de espectáculo. Desde los Rolling Stones -tres días antes habían iniciado en Brooklyn la gira de sus 50 años como banda- a la reaparecida Nirvana, con Paul McCartney en el puesto del malogrado Kurt Cobain. El ex Beatle, que cumplió 70 años en junio, es otro de los que aspiran a morir con las botas puestas.
Jon Bon Jovi, The Who, Billy Joel, Kanye West, Adam Sandler, Eric Clapton, Alicia Keys o el ex Pink Floyd Roger Waters ensancharon la nómina musical en la que no todo fueron guiños al pasado. Roger Daltrey, la voz inconfundible de The Who, puede que ya no esté para las piruetas con que adornaba sus actuaciones hace 30 años pero desde los primeros acordes cantó a pecho descubierto como un quinceañero, muy bien escoltado por la soberbia guitarra de Pete Townshend.
Donaciones millonarias
Inmediatamente detrás de los músicos, la organización del concierto '12-12-12' situó una segunda línea de famosos -actores, actrices, intelectuales- dedicados a atender las llamadas de los ciudadanos dispuestos a hacer donaciones. Antes del inicio del show ya se habían recaudado unos 30 millones de dólares (22,9 millones de euros) de la venta de entradas, cuyos precios oscilaron entre los 150 y los 2.500 dólares (entre 114 y 1.909 euros).
Muchos neoyorquinos que se quedaron con las ganas de entrar al Madison Square Garden pudieron disfrutarlo en alguna de las 27 salas de cine de Manhattan que se ofrecieron a transmitirlo. Treinta y siete cadenas de televisión en EE UU y 200 en el resto del mundo interrumpieron su programación para ofrecer el concierto. Otro tanto ocurrió en internet, con YouTube y Yahoo liderando la cobertura. Los cálculos hablan de una audiencia de 2.000 millones de personas.