El actor británico Hugh Laurie, en una de las escenas de 'La hija de mi mejor amigo'. :: R. C.
Sociedad

«Me siento muy afortunado de haber sido House durante tanto tiempo»

Se despide del personaje que le ha dado fama mundial para protagonizar la comedia romántica 'La hija de mi mejor amigo' Hugh Laurie Actor

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Hugh Laurie regresa a la gran pantalla con la película 'La hija de mi mejor amigo', un filme donde interpreta a un padre de familia que vive una tranquila existencia en un barrio suburbano de Nueva Jersey, hasta que un día comienza una relación con la joven hija de su vecino, interpretada por Leighton Meester, y toda su vida se transforma. Con este filme, Laurie inicia una nueva vida tras despedirse de su gran éxito en la pequeña pantalla, el doctor House.

-¿'La hija de mi mejor amigo' ofrece una visión sobre el matrimonio?

-No pienso que la película hable de forma genuina sobre el matrimonio. Habla de la situación de estos personajes en su matrimonio. Creo que en la vida siempre hay que permanecer optimista porque las cosas no son tan desastrosas como aparentan. El general MacArthur dijo una vez que no hay noticia ni tan buena ni tan mala como parece a la primera. Y esa frase es, de alguna manera, el mensaje de este filme. El ideal de la vida suburbana en la que estas dos familias están viviendo no es el paraíso pero pretende serlo. Los paraísos no existen sobre la tierra. El mundo que esta cinta está tratando de recrear es el principio abotonado de una sociedad cerrada que va camino de la infelicidad.

-En la vida real las cosas son más flexibles...

-Exactamente. Es necesario. La gente necesita abrirse para sobrevivir y encontrar la felicidad. La felicidad solo llega cuando no la buscas y se escapa de las manos como las pastillas de jabón. Cuando más tratas de agarrarla más se evade de nosotros.

-¿Se encuentra en un momento feliz de su vida?

-Sí, te lo digo sinceramente. Me siento muy afortunado de haber montado en el avión de House durante tanto tiempo. Esa serie que me lo ha dado todo y ha convertido mi carrera en una gran pista de aterrizaje. Ahora me dedico a viajar con mi grupo de música, disfrutando de mi pasión otra pasión.

-Su personaje en 'La hija de mi mejor amigo' también es músico...

-Sí. Pero él es un guitarrista y yo soy un pianista. Hay una diferencia psicológica entre los instrumentos y la atracción que provocan entre el público. Hay gente que se siente atraída de forma natural hacia la música, como son los guitarristas y los pianistas, y luego están aquellos a los que se les conquista poco a poco.

-En Hollywood existe una «alarmante» tendencia a contratar actores ingleses como villanos.

-Supongo que tiene que ver con nuestro acento. He aprendido que en este feroz ambiente de Hollywood todo el mundo es competitivo. Sobrevivir en esta industria es increíble; triunfar como actor, una aventura indescriptible. Si los actores ingleses vienen aquí es porque el trabajo merece la pena; en mi caso me mude a Hollywood porque el guion de House era una pieza única, algo por lo que merecía la pena dejar el pan inglés.

-Curiosamente, los ingleses que viven en Malibu, Hollywood o Santa Mónica no toman el té a las cinco ni se juntan para ver partidos de críquet...

-No, no. Aunque puede pasar, un día de estos podemos hacer un equipo de críquet e inventarnos un campeonato. En cuestión de fútbol lo vamos arreglando. A Beckham ya lo tenemos por aquí.

-¿Los jóvenes le piden consejo?

-Mi único consejo es que traten de protagonizar un espectáculo de éxito y disfruten del trabajo, si no disfrutas con lo que haces es mejor alejarte del proyecto. En realidad, evitar participar en algo en lo que no crees es una forma de protección. Cuando he disfrutado del proyecto ha sido un éxito y cuando he tenido mis dudas un fracaso estrepitoso.

-A usted le han colgado la etiqueta de sexy...

-Yo he hecho una lista de actrices con las que me gustaría mantener una relación, pero no sé si los productores de las películas me van a dejar cumplir mis deseos (risas). En 'La hija de mi mejor amigo' sin duda disfruto con Catherine Keener.

-Las entrevistas son algo poco natural. ¿Le gusta ser entrevistado?

-No. No constantemente. Trato de contestar lo mejor que puedo. Recuerdo que mi primera sesión fue por la película 'Stuart Little' y di 83 entrevistas en un día. Al final entendí por qué la gente confiesa crímenes que no han cometido. A mí me preguntaron lo mismo durante nueve horas. Yo hubiera dicho: 'Sí. Sí. Yo lo mate'.

-¿Se le ha subido el éxito a la cabeza?

-Todavía no, pero estoy en ello.