ESPAÑA

Un posible error de cálculo y otro de interpretación

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Mas reclamaba una mayoría excepcional para liderar el proceso nacional hacia el Estado propio y recibió una respuesta electoral muy decepcionante para su partido, que perdió doce escaños de 62 y 90.000 votos de 1,2 millones respecto a 2010. «A Mas le confundió el mensaje del 11-S», señala Francesc de Carreras. «Esta manifestación siempre es mínima. CiU apoyó la marcha, le dio todo su empuje moral y se pensó que era la fuerza hegemónica en la Diada», remata.

«Hay que tomar las manifestaciones en serio, pero no convertirlas en un espejismo», apunta Joan Vintró. El error de CiU, a su juicio, fue pensar que la ola independentista se podía proyectar luego con una votación masiva concentrando el voto en CiU. Y sin tener en cuenta, además, el desgaste por las políticas de austeridad, la posibilidad de que los electores prefirieran al partido más inequívocamente independentista o que el elector más moderado y menos nacionalista de CiU, el que vota a Convergència por conservador y no nacionalista, tuviera miedo de la deriva soberanista.