La eficacia de Charaf remata a un filial cadista mermado por las bajas

El Cádiz B perdió ayer su imbatibilidad como local en la presente temporada. Y lo hizo ante un rival, el Pozoblanco, que no había estrenado su casillero de victorias a domicilio. Caprichos del destino.

Demasiadas incógnitas tenía que resolver Juanma Carrillo para configurar el once inicial. A los lesionados Sergio, Víctor Ledesma, Polo, Juanma, Israel II y Riki se unían el sancionado Tito No (que tampoco podrá estar el próximo domingo a las 12.00 horas en el José del Cuvillo ante el Racing Portuense) y Diego González. Este último enviado por Gaucci al juvenil tras no estampar su firma en su nuevo contrato.

Tal es así que el técnico isleño del Cádiz B tuvo que recolocar a sus pupilos sobre el césped. Titi Romero aparecía en el lateral derecho, Sana comenzaba de central junto a Gaby, el ariete Japón (refuerzo invernal) salía de inicio, mientras que jóvenes promesas como Espada o Galindo también tuvieron minutos en la segunda mitad. Todo ello sin olvidar la labor del capitán Juanmi Becerra, que comenzó en la medular, relevó a Sana en el eje de la zaga y acabó cerca del flanco diestro de la zaga local. Exigencias de la cita.

Y por si fuera poco, el Pozoblanco comenzó más enchufado el encuentro. Chapi y Alberto Fernández pudieron adelantar a los vallesanos en los primeros compases, pero ahí apareció Stancampiano para evitarlo. Posteriormente, la inoportuna lesión de Santacruz equilibró las fuerzas y el Cádiz se acercó con cierto peligro al portal defendido por Javi Sánchez, pero Juanmi Becerra y Japón, que tuvo la mejor ocasión de los locales antes del descanso, no pudieron adelantar a su equipo.

Al que no le tembló el pulso fue a Charaf, que aprovechó una buena dejada de Chapi para colocar el 0-1. Un protagonista que se hizo inmenso con su gol psicológico en el 45’ tras completar una buena jugada de José Manuel.

En la reanudación salió el Cádiz B en busca de la proeza, pero fue incapaz de derribar el muro cordobés. Los visitantes, que pudieron apuntillar al filial por medio de Chapi, se mostraron pletóricos en defensa, Javi Sánchez sacó a relucir sus cualidades y el palo evitó que hubiese esperanza amarilla en el tramo final. Desesperante final en una aciaga mañana.