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FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Messi torpedea la historia en el Villamarín

El Barça, con un nuevo doblete del argentino para 86 goles en 2012, derrota al Betis y mantiene el pulso liguero

CRISTIAN REINO
BARCELONAActualizado:

Pichichi con 50 goles, Bota de Oro, máximo goleador de la ‘Champions’ en un año, Messi bate los récords con tanta facilidad que parece ya algo casi hasta rutinario que los pulverice. Tras el susto del miércoles ante el Benfica, su presencia no era segura en el Villamarín. Pero Messi no podía fallar. Era imposible que se perdiese el partido que le encumbró como el máximo goleador de la historia en un año natural. Una barbaridad de 86 goles en 65 partidos que borran 40 años después la marca establecida por una leyenda del fútbol como el ‘Torpedo’ Müller, que allá por 1972 hizo 85 tantos con el Bayern de Múnich y con una de las mejores selecciones alemanas que se recuerdan.

Müller ya es pasado, porque a Messi no hay quien le pare. Lleva 23 goles en 15 jornadas, ha superado ya a César como máximo goleador en Liga de la historia del FC Barcelona (191 goles) y está firmando un arranque de campeonato que pone los pelos de punta: él solo ha hecho más goles que 15 de los 20 equipos de la Primera División.

Sus dos últimas obras de arte, los dos tantos que le permitieron superar a Müller, sirvieron además para que su equipo, el Barça, se llevara una sufrida victoria del Villamarín, donde no hace mucho cayó el Madrid, y donde a punto estuvo el conjunto catalán de dejarse algún punto. Pero entre Messi, una gran primera parte, los palos y el desacierto sevillano, los de Tito Vilanova pescaron el triunfo y continúan sin levantar el pie del acelerador en la liga. Son ya 14 victorias y un empate, en un inicio espectacular, también de récord, y que está obligando a sus perseguidores a un desgaste tempranero que puede que paguen en el tramo decisivo (si lo hay para entonces) de campeonato.

El Barça saltó al Villamarín con la lección muy aprendida, primero porque la derrota del Madrid era reciente por esos lares y también por los tropezones culés en los últimos tiempos en Heliópolis. Tito Vilanova esperaba un Betis muy presionante, pero en esta ocasión no ahogó tanto de inicio. Y en cuanto el Barça superaba la primera línea de asfixia, se le abría todo un mundo de posibilidades. Más aún si Messi está inspirado y sale al campo con la portería entre ceja y ceja. En 25 minutos hizo dos goles y dejó casi noqueado a los verdiblancos. El primero fue un tanto muy del argentino. Recibió en la línea de tres cuartos, lanzó una diagonal que cruzó todo el borde del área y cuando ya había sacado de sitio a todos los defensas, fusiló a Adrián. El 0-2 llegó tras una gran combinación con Iniesta.

Media hora perfecta de los azulgrana que dominaban el partido de cabo a rabo y demostraban una gran efectividad. Después del 0-2, el Barça disfrutó de sus mejores minutos: el Betis temía que el partido se le podía hacer muy largo y el equipo catalán se dedicaba a tocar y guardar la ropa. Pero un nuevo error defensivo de los culés volvió a complicarles el partido. Cerca del 40, la defensa blaugrana tiró mal el fuera de juega, Vadillo vio a Rubén Castro, que solo, batió a Valdés. El gol fue un estímulo para los béticos que por primera vez se vieron que eran capaces de jugarle de tú a tú al Barça. Se fueron arriba. Presionaron con más fe la salida barcelonista y los de Vilanova sufrieron.

Tras la reanudación, la tónica no cambió demasiado. El Betis siguió armado de moral y con las líneas más avanzadas. El partido estaba muy abierto, con un conjunto andaluz muy vertical que por fin veía que su pareja de centrocampistas, Beñat y Cañas, ganaban la partida a Xavi y Busquets. Los hombres de Pepe Mel propusieron un partido de ida y vuelta y el Barça, que se dedicó buena parte de la segunda mitad a sacar el balón en largo, cayó en la trampa. Encuentro loco y embarullado que no acabó en empate porque los palos del Villamarín no quisieron. El Betis estrelló dos y el Barça otros dos, aunque en la misma jugada. El Barça sufrió hasta el final, aunque el homenaje a Messi acabó en fiesta azulgrana.