CINE

Dos caminos a la Tierra Media

A 48 fotogramas por segundo, ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ llega el viernes a España

MADRID Actualizado: Guardar
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El segundo viaje que Peter Jackson ha emprendido a la Tierra Media es lo más parecido a la epopeya en la que se embarcó el joven Frodo Bolsón que acabó, decenas de penurias después, con el anillo del poder fundiéndose en las entrañas del Monte del Destino. Huelgas, protestas ecologistas, hecatombe financiera, explosiones e incluso una demanda de los herederos de J.R.R. Tolkien exigiendo el pago de un generoso porcentaje de lo que se ganó con la trilogía del ‘Señor de los Anillos’, premiada con un total de 17 premios Oscar. Un rosario de turbulencias que puso la producción de ‘El Hobbit’ contra las cuerdas en varios momentos y que consiguió anegar la paciencia de Guillermo del Toro que, tras 24 meses de trabajo, se retiró esgrimiendo que "no podía esperar más".

Fue Jackson quien tomó entonces el gobierno de la nave encargada de dar forma fílmica a la novela 75 años después de su publicación. Desde el principio del proyecto ha ejercido de vigía desde su puesto como productor y autor de un guion manoseado hasta por ocho personas diferentes. Al tomar posesión de la silla, el de Pukerua Bay se comprometió a "mantener algo del ADN" del realizador de Jalisco pero dio rienda suelta al mismo espíritu creador que le empujó hace quince años a empezar a dar forma al ‘Señor de los Anillos’ cuya precuela aparecerá en las carteleras de España y medio mundo el viernes con el estreno de ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’.

Lo hará en un formato nunca visto al ser la primera cinta rodada en 48 fotogramas por segundo, el doble que lo tradicional. Algo que combinado con la tecnología 3D empleada en la cinta -creada por la empresa española SGO- hará sentirse al espectador “dentro de la película”, según promete el realizador. “Estoy fascinado por las reacciones”, confesó en un evento en Nueva York hace dos días.

Como suele ocurrir en estas 'superproducciones', pocas cosas han quedado exentas de críticas y polémicas. Los cambios narrativos introducidos por Jackson -al que los disgustos le valieron una fuerte úlcera de estómago- han sido cuestionados por gran parte de la fiel parroquia de la saga literaria. Retoques que en su día modificaron el peso de los personajes en la historia original y que ahora, por ejemplo, han llevado a Légolas (Orlando Bloom) a tener un hueco en el último capítulo de la serie cuando el sudafricano solo dio protagonismo a su padre. “Había material en los libros de El Señor de los Anillos que Tolkien pensaba utilizar para una versión expandida», justificó el cineasta. Su versión fue secundada por otra de las guionistas Phillipa Boyens,que aclaró que si las adaptaciones hubiesen seguido el mismo orden que los libros, todo habría sido diferente: «Al tener que hacerlo al revés, decidimos contar esa parte de la historia que no aparece en ‘El Hobbit’, pero sí queda explicada después en El Señor de los Anillos».

Trilogía

El equipo de la película niega haber sobrepasado el umbral de la ambición. Realizar tres películas frente a las dos previstas desató cierto excepticismo y muchos han creído no ver otro objetivo que el de generar mayor número de ingresos. Andy Serkis, que da vida a Gollum, sostuvo que esta opción permitirá “retratar” mejor a la multitud que forma la compañía de enanos que acompaña a Martin Freeman en su aventura de encarnar a un joven Bilbo Bolsón. "Si alguien cree que ha obedecido a las fuerzas de la industria antes que los imperativos artísticos, es que no saben quién es", comentó el veterano Ian McKellen, haciendo gala de un temperamento propio de Gandalf, personaje al que vuelve a dar vida.

«Ahora tenemos dos caminos hacia la Tierra Media, dos caminos en el mapa: Tolkien mismo y Tolkien interpretado por Jackson». Estas palabras son de Tom Shippey, uno de los mayores teóricos del escritor inglés que ha ejercido de prologuista en ‘En el Señor de Anillos. El viaje audiovisual hacia la Tierra Media’ (Portal Editions) en el que Alejandro Pardo, Eduardo Segura y otros expertos españoles recorren y analizan cada detalle del que ya es un clásico de la historia reciente del cine.

En este ensayo se tratan desde los aspectos más nímios de la producción hasta la reinterpretación que hace del algunos temas y pasajes de la película. Los autores analizan «la simpatía que sentía Jackson por el personaje Samsagaz 'Sam' Gamyi, que le lleva a posicionarle en una posición mucho más central y filosófica que en la novela. Este es uno de los muchos cambios que Pardo y Segura aprecian en 'El Señor de los Anillos', una adaptación de la que también destacan «el característico sentido del humor» que añade el neozelandés al «finisimo y agudo» humor que se deprenden de las páginas de Tolkien.