Jóvenes laicos se concentran frente al palacio presidencial. :: REUTERS
MUNDO

La oposición desafía a Mursi

Rechazan la oferta de diálogo del presidente egipcio, que estudia aplazar el referéndum como muestra de buena voluntad

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Quiso calmar los ánimos pero solo ha conseguido exaltarlos aún más. La oposición egipcia rompió puentes ayer con el presidente Mohamed Mursi y rechazó su oferta de diálogo, que llega tarde, aseguran, y que no toca los puntos que han originado la peor crisis de la transición egipcia: el decreto que pone a Mursi por encima de la ley y el referéndum de la Constitución. Mientras aumenta la radicalización entre detractores y seguidores del presidente, alimentada por una feroz campaña de propaganda por ambos bandos, la oposición sigue viendo la calle como su única opción política y de presión y ayer volvieron a marchar hacia el palacio presidencial. Varios miles se concentraron en la plaza Tahrir y muchos más marcharon hacia el que se ha convertido en el nuevo 'manifestódromo' de El Cairo, los alrededores del palacio de Ittihadiya, sede de la presidencia. Allí consiguieron traspasar la barrera de seguridad instalada el día anterior por la Guardia Republicana y volvieron a rodear pacíficamente los muros de palacio.

Mientras la presión sigue en la calle, la vía del diálogo parece muerta por ahora, ya que ninguna de las dos partes ha mostrado flexibilidad. Ayer, el Frente Nacional de Salvación, el grupo paraguas que alberga a la mayoría de los partidos no islamistas de Egipto y que está liderado por Mohamed el-Baradei, rechazó en un comunicado negociar con el presidente. Mursi, aseguraron, no ha ofrecido nada sustancial en la agenda de este diálogo, que debería celebrarse hoy, y tampoco está dispuesto a tratar las dos principales reivindicaciones de la oposición, la retirada del polémico decreto y la cancelación del referéndum.

El mandatario, sin embargo, podría estar dispuesto a aplazar este plebiscito -convocado para el 15 de diciembre-, si la oposición acepta un diálogo «sin condiciones previas». Según dijo el ministro de Justicia, Ahmed Mekki, a la versión digital del diario 'Al-Ahram', «(Mursi) está preparado para hacerlo, incluso si significa que la Carta Magna regrese a la Asamblea Constituyente».

La indignación de los opositores ha ido en aumento a lo largo de las dos últimas semanas y el discurso del presidente ha puesto la guinda a una serie de despropósitos. En las protestas contra Mursi ya no solo se grita contra la Constitución elaborada por los islamistas, sino que muchos van más allá y exigen «la caída del régimen». «Pensé que estaba escuchando a Mubarak pero con una barba», aseguraba Nesma Ellethey.

Por la mañana, los partidarios del presidente y seguidores de los Hermanos Musulmanes se congregaron en los alrededores de la mezquita de Al-Azhar para participar en un funeral masivo por dos de las víctimas de los enfrentamientos del pasado miércoles, en los que murieron 6 personas y más de 400 resultaron heridas. La cofradía insiste en que los laicos, perdedores de todos los comicios que se han celebrado hasta la fecha, no respetan el orden democrático, y que las diferencias deben resolverse en las urnas. Los ánimos estaban caldeados también en el funeral, donde se escucharon gritos de «¡venganza!» y «¡Egipto islámico!». La división en la calle es cada día mayor y más peligrosa, y ha propiciado disturbios violentos en los que se han incendiado varias sedes de la cofradía islamista.