La futurista coreografía de hormigón de Brasilia
La capital sudamericana encierra la esencia de la visionaria arquitectura de Niemeyer, que alzó de la nada la ciudad junto a Lucio Costa
MADRID.Actualizado:Brasilia fue un sueño del futuro y atesora la esencia del legado de Óscar Niemeyer. En 1960, junto al urbanista Lucio Costa y al paisajista Roberto Burle Marx, el genio brasileño alumbró una nueva e insólita capital para su país, una revolucionaria interpretación de un gigantesco espacio vacío que llenó de modernas y sensuales líneas y volúmenes con los que sorprendio al mundo. Con su innovador lenguaje, dotó de una levedad vedada hasta entonces al hormigón y expresó el potencial y la pujanza de su joven y gigantesco país confiado en su futuro.
Sir Norman Foster, heredero natural de Niemeyer, reconoce que cuando era estudiante en los años sesenta halló «estímulo» en este desafío formal, conceptual y constructivo diseñado con una nueva caligrafía espacial y formal. «Era audaz, escultural, colorida y libre, como nada de lo que se había hecho antes», aseguró Foster en la sentida despedida a su maestro. «Brasilia no está simplemente diseñada, está coreografiada», asegura este gigante de la arquitectura actual que no ha dejado jamás de mirarse en espejo de su admirado maestro. «Cada una de sus piezas fluidamente compuestas parece alzarse, como un bailarín, sobre sus puntas, congeladas en un momento de equilibrio absoluto» dice Foster de una ciudad singular que la Unesco declaró en 1987 Patrimonio de la Humanidad.
Fue proyectada para poblar el árido centro del país y trasladar su capital desde Río de Janeiro. Niemeyer diseñó los futuristas edificios y símbolos del poder ,como el palacio de Planalto, la sede del Gobierno o el Congreso. La Catedral circular es otro de de sus hitos. Brasilia se alzó sobre una base en forma de avión que apunta al sureste, aunque Lucio Costa sostuvo que trabajó sobre un esquema cruciforme. El terreno árido e inhóspito obligó a afrontar todo tipo de desafíos.
El resultado es el paradigma del urbanismo moderno, con espacios abiertos y amplias avenidas en las que se ordenan los edificios públicos en los barrios norte y sur divididos en supermanzanas. El núcleo central lo forma la plaza de los Tres Poderes, con las sedes del Gobierno, del Congreso y del Tribunal Supremo. La gran plaza está en el centro de la cruz imaginaria que sería el plano de la ciudad, cuyo pie es la Explanada de los Ministerios con edificios idénticos de nueve alturas. En la parte opuesta, los edificios de la administración local en el entorno del Palacio Buriti, la sede del gobierno del Distrito Federal.