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Ingresada en una celda de castigo una de las integrantes de Pussy Riot
No se levantó a la hora establecida por las normas y ahora peligra su liberación anticipada por ser madre de un menor
CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: GuardarMaría Aliójina, una de las tres componentes del grupo punk ruso Pussy Riot condenadas a dos años de cárcel por pedir a la Virgen María en la catedral de Moscú que eche a Vladímir Putin del poder, ha sido ingresada en una celda de castigo por levantarse la semana pasada veinte minutos tarde. Así lo aseguraba hoy una portavoz del centro carcelario en donde Aliójina cumple la pena.
En la información difundida por la agencia RIA-Nóvosti se señala que tal medida pretende “la realización de una sesión individual de reeducación para su adaptación al colectivo”. Los abogados han anunciado que recurrirán el castigo.
Se da la circunstancia de que la “mala conducta” puede constituir, según los letrados, un serio impedimento para que la joven rockera pueda obtener la liberación anticipada al ser madre de un niño de cuatro años. Este argumento ha sido esgrimido, hasta ahora sin éxito, por ella y también por Nadezhda Tolokónnikova, que también es madre de un menor de cinco años y está confinada en una prisión de Mordovia, al solicitar ser trasladadas a alguna penitenciaría de la región de Moscú para estar más cerca de sus hijos.
Relaciones "conflictivas"
Aliójina, que tiene 24 años, está en la colonia número 32, situada cerca de la ciudad de Perm, a unos 1.500 kilómetros al este de Moscú. Fue un GULAG (campo de prisioneros) en la época de Stalin. Tolokónnikova, de 22 años, fue recluida en la colonia número 14 de la república de Mordovia, a 600 kilómetros al sureste de la capital rusa. Aliójina fue ya aislada en una celda a solas el mes pasado por sus “conflictivas” relaciones con el resto de las internas.
Ekaterina Samutsévich, de 30 años, era la tercera integrante de Pussy Riot sentenciada a tres años de prisión, pero, el pasado 10 de octubre, fue puesta en libertad condicional. Su recurso contra la condena no fue rechazado por el tribunal como sí sucedió en el caso de Aliójina y Tolokónnikova.
Las tres mujeres protagonizaron el pasado 21 de febrero un concierto-oración en el altar de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú implorando a la Virgen María que libere a Rusia del yugo de Putin. Fueron detenidas en marzo y, el 17 de agosto, se dictó la sentencia acusadas de “gamberrismo motivado por odio religioso”.