El presidente de México mantiene a las fuerzas armadas en las calles
En su primer acto, Peña Nieto pide a los uniformados que actúen con integridad, orden y estricto respeto a los derechos humanos
LA HABANA. Actualizado: GuardarLas fuerzas armadas mexicanas seguirán, de momento, en las calles por decisión del presidente Enrique Peña Nieto, pese a los graves excesos cometidos por algunos de sus integrantes durante el sexenio de Felipe Calderón, así como por la vinculación de altos mandos con el narcotráfico. «En tanto se aplica la nueva política de Estado por la seguridad y la justicia que permita su gradual regreso a los cuarteles, soldados y marines continuarán en labores de seguridad», afirmó el nuevo mandatario en un desayuno ofrecido por los uniformados en el Heroico Colegio Militar.
«Como comandante supremo, les reconozco su entrega y disciplina en la amplia gama de actividades que despliegan en todo el territorio nacional», alabó Peña Nieto, que también reconoció la valentía y los aciertos en seguridad que el Ejército, la Armada y las Fuerza Aérea han realizado los últimos años.
Entre los muchos retos que tiene Peña Nieto, uno es el de mejorar la imagen de las fuerzas armadas, obligadas por Calderón a dejar los cuarteles para asumir funciones policiales en la «guerra al narcotráfico». La cruzada se saldó con más de 60.000 muertos, cerca de 30.000 desaparecidos y casi 9.000 quejas contra el Ejército y la Marina ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Ni Peña Nieto ni los nuevos ministros se refirieron abiertamente al tráfico de drogas o al crimen organizado en sus primeros discursos. «Actúen invariablemente con integridad, orden y estricto respeto a los derechos humanos», fue lo único que pidió el político que logró el retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder, tras un paréntesis de doce años del conservador y rival Partido Acción Nacional (PAN).
En su primer acto protocolario como comandante supremo de los uniformados, realizado en el Campo Militar Marte, el nuevo presidente aludió al deterioro nacional e internacional de la imagen de los institutos armados como consecuencia de su actuación durante los últimos seis años.
Nuevo alcalde en la capital
Mientras tanto, Marcelo Ebrard, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, entregó la gobernación de la Ciudad de México a Miguel Ángel Mancera, candidato independiente. Pero lo que iba a ser una salida triunfal tras un exitoso sexenio -el puesto es una lanzadera para las aspiraciones presidenciales y él las tiene para abanderar la izquierda en 2018- se le frustró por los violentos incidentes durante la toma de posesión de Enrique Peña Nieto.
Mancera, que será el primer jefe de gobierno de la capital que no pertenece de forma directa a un partido político, prometió blindar México DF y crear un «escudo» contra la delincuencia. Pese a que la capital azteca ha vivido ajena a la violencia generada por el narcotráfico, su periferia ha sufrido asesinatos atribuidos a los cárteles de la droga. El recién nombrado alcalde, un académico que ganó una excelente reputación como fiscal, promete eliminar la violencia de todas sus calles.