¿Cuestión de Bemoles?

Dice Gaucci que a sus futbolistas les falta gallardía. Mal síntoma. Desde siempre he pensado que cuando se recurre a la casta es que se han agotado todos los recursos y la situación ya es límite. Nos pasamos años hablando de la furia española para alabar las narices que tenía la selección. Cuando cambiamos aquel discurso y nos centramos en hablar solo de fútbol fuimos campeones de Europa y del mundo, antes no pasábamos de cuartos. Aquí no seremos campeones de nada, pero el síntoma es para echarse a temblar. Menos casta y más fútbol. Es cierto que el vestuario no tiene personalidad, no es capaz de sobreponerse a las adversidades y no hay nadie que tire del carro. No hay ni un referente ni un núcleo duro de jugadores que impongan su criterio, de levantar el ánimo en los momentos duros. Nadie manda un mensaje que cale en el grupo. Todo son caras desencajadas, el ambiente les supera. Pero este ambiente lo han generado ellos con su incapacidad futbolística y también depende de ellos salir de ahí. Quizá sea cierto lo que dice Gaucci pero no nos olvidemos que además de bemoles lo que no hay es fútbol. No debe ser un fútbol primoroso, pero si una idea clara de lo que se quiere. Jugadores que se atrevan y tengan una idea de grupo, sea la que sea. Gaucci ha sacado el látigo y cambiado su discurso a la desesperada. Tras el ridículo ante el Arroyo dijo que no era partidario de sanciones. Ahora, llevado por la desesperación, sus palabras se han endurecido.

La situación ya es dramática. La dinámica es aún peor y lo más negativo es que no hay síntoma de reacción. Blanco tira de los mismos hombres de lo que tiraba Monteagudo porque no hay más y el equipo es cortito, pero es el que hay. Hablemos de casta, que hace falta, pero no centremos el discurso solo en ella. Lo mejor es que el discurso se centre en el balón que así se ganan los partidos. Hay que correr y pelear pero, sobre todo, hay que saber que hacer cuando se tiene la pelota. Reaccionen ya, esto se hunde.