Iván Losada, el tercer hombre

En la genealogía de la 'operación Crucero' el nombre de Iván Losada ocupa un lugar preeminente. El juez Velasco atribuye a este joven empresario un papel fundamental en la trama que se dedicaba a ocultar patrimonio del Grupo Marsans y sus propietarios. Según el magistrado, es el tercer hombre en orden de importancia, solo por detrás de Gerardo Díaz Ferrán y Ángel de Cabo. Por eso no ha dudado en imponerle la misma fianza (30 millones) que al expresidente de la CEOE.

Cree el juez que Losada tenía un gran «poder de decisión» y era persona «de la máxima confianza» de uno de los cerebros de la trama, Ángel de Cabo. Ambos formaron un tándem especializado en liquidar empresas a través de sociedades como Possibilitum S.L, que absorbió el Grupo Marsans. De Cabo le hizo director general.

Un año más tarde, en 2011, también cogió el timón de Nueva Rumasa cuando pasó a manos de otra de las sociedades instrumentales del tinglado, Back in Bussiness. Para entonces, Losada ya contaba con un amplio currículum como apoderado, presidente o ejecutivo de un sinfín de empresas de Castellón.

Entre otros, ocupó el cargo de director general de Basgra, un grupo constructor que en 2008 presentó suspensión de pagos. Sus comienzos fueron más modestos: era electricista hasta que la pequeña empresa que regentaba quebró. Su vida y carrera profesional dieron un giro completo cuando conoció a un fontanero llamado Ángel de Cabo.