Cristian Pecci, con una escayola, se perderá entre tres y cuatro encuentros
«Lo bueno es que pilla por medio el parón de Navidad y no es para tanto», se consuela el gaditano, que se recupera de la lesión en el dedo de su pie derecho
SAN FERNANDO.Actualizado:Su gesto en la banda mientras el recuperador del equipo comprobaba el estado de su pie lo dice todo. La bota estrellada contra el suelo en señal de rabia. La fortuna no le da la cara este año a Cristian Pecci. Cuando mejor estaba el gaditano le llega una lesión más que inoportuna.
Tendrá que perderse entre tres y cuatro encuentros debido a que tiene roto el cuarto dedo de su pie derecho. Después de superar una pretemporada difícil al estar descartado, a base de trabajo y humildad se estaba convirtiendo en un futbolista muy importante para el equipo. Algo que en absoluto lo cambiará este contratiempo.
«Lo bueno es que pilla ahora por medio el parón de Navidad y no va a ser para tanto. Supongo que me perderé los tres partidos que quedan y ya después a la siguiente semana me meteré con el grupo. Aún no lo sé con seguridad, pero estaré unas tres o cuatro semanas de baja», se consolaba el interior azulino.
Ya en su casa, descansando del complicado y largo domingo, explicaba todo lo sucedido. «Fue por un plantillazo. Al principio tenía el dedo dormido, y ya cuando me quité la bota me dí cuenta de que tenía una raja y el hueso fuera».
Dejando a un lado lo fastidioso de su lesión, Pecci está bastante animado y contento con el trabajo que está desempeñando el equipo. «Salimos muy enchufados y metidos en el partido y fuimos capaces de ganarle al Cartagena, que venía como líder y era un partido difícil. La verdad es que estamos en un momento muy bueno, y en lo que va de liga ningún equipo ha sido mejor que nosotros», comentaba.
El gaditano está convencido de que el San Fernando tiene posibilidades de mantenerse arriba toda la temporada. «La ilusión va a seguir siendo la misma, así que yo creo que si seguimos en esta línea podemos mantenernos ahí arriba hasta el final», aseguraba.
Una motivación extra para afrontar su recuperación y poder volver a entrar en un equipo en el que, a base de esfuerzo, había conseguido hacerse un hueco y ser un jugador determinante.