Una década para el fin de Garoña
Las nucleares españolas contarán con unos nuevos generadores para lograr una autonomía de 24 horas en caso de fallo eléctrico El CSN estudia la documentación de la central para su cese de explotación
MADRID. Actualizado: GuardarLa última comparecencia de Carmen Martínez Ten, presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en el Congreso de los Diputados sirvió para dar un repaso a la situación de las centrales españolas, con especial atención en el futuro de la burgalesa de Santa María de Garoña. Martínez Ten, que acaba su mandato a final de año, insistió a los parlamentarios de la Comisión de Industria, Energía y Turismo en que la central burgalesa dejará de dar energía a partir del 6 de julio de 2013. «Solo sé que para seguir hasta 2019, la empresa no ha hecho las reformas necesarias. Solo ha modificado la central hasta 2013», apuntó Martínez Ten.
Insistió en que ahora mismo el Consejo está estudiando la documentación entregada por Nuclenor, dueña de Garoña, para el cese de explotación. Antes de la fecha de la parada, el CSN remitirá al Ministerio de Industria los límites y condiciones asociados a la declaración del cese. Después, otras dos resoluciones administrativas darán comienzo a la autorización de desmantelamiento y a la declaración de clausura, de las que se encargará Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).
Además de este camino burocrático, la desaparición de Garoña se realizará con los parámetros marcados por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y que puede durar entre nueve y diez años.
El nivel 1 define el periodo posterior a la parada definitiva del reactor e incluye la construcción de un Almacén Temporal Individualizado (ATI) donde se depositará el combustible del reactor y de la piscina. En este nivel se retirarán los residuos de operación y aquellos edificios auxiliares que no se necesiten.
El segundo punto de trabajo tiene como objetivo desmantelar los edificios y plantas exteriores al blindaje del reactor; asimismo, los residuos radiactivos resultantes se almacenan fuera del emplazamiento y se procede al sellado del reactor. Por último, el nivel 3, comprende la retirada del reactor nuclear con su blindaje y la rehabilitación final del emplazamiento dejándolo libre de acceso. Estos tres pasos son los que se están llevando a cabo para el desmantelamiento de José Cabrera en Almonacid de Zorita (Guadalajara), un rara avis. Solo una docena de reactores han sido desmontados al completo, sobre todo en Estados Unidos y Alemania.
Por otra parte, la presidenta del CSN defendió a ultranza la construcción del 'cementerio nuclear' en Villar de Cañas (Cuenca). «No le veo ninguna gracia a tener varios almacenillos por todo el país. Veo solo uno. Hay que construirlo muy bien, tan bien como en El Cabril», comentó. También repasó el efecto que el accidente de Fukushima ha tenido en las centrales, que se han visto obligadas a pasar unas pruebas de resistencia marcadas por la UE. La presidenta del CSN recordó que se van a mejorar todos los generadores eléctricos de las centrales. Ahora tienen una autonomía, en caso de parada, de entre 4 y 8 horas sin apoyo exterior. El objetivo es que puedan funcionar hasta 24 horas si ayuda externa y hasta 72 horas con la ayuda de generadores ligeros.