Una Constitución a contracorriente
La Asamblea egipcia ignora las protestas y aprueba el artículo que establece la 'sharia' como principal fuente de derecho
EL CAIRO.Actualizado:La Asamblea Constituyente egipcia votó ayer el borrador de la Carta Magna sin la presencia de grupos laicos, liberales y minorías como la cristina, que habían dimitido en protesta por la dominación islamista del órgano. La decisión de la Asamblea, dominada por los Hermanos Musulmanes, echa más leña al fuego desatado por el polémico decreto del presidente Mohamed Mursi, y añade tensión en las más que divididas calles egipcias. El mandatario había otorgado dos meses más a la Asamblea para elaborar la Carta Magna, pero el órgano decidió finalmente acelerar el proceso y sacar adelante un borrador sin consenso. Incluso uno de los asesores legales de Mursi, Gad Ala, dejó la cámara el pasado miércoles porque aseguró que ciertos artículos de la Constitución se estaban redactando a toda prisa y «a medida» para ajustarse a las circunstancias de la crisis actual.
Las fuerzas islamistas defienden que tener la Constitución cuanto antes acabará con el grave problema que ha desatado el decreto de Mursi, ya que este marco legal anulará todas las declaraciones constitucionales previas, también la última del presidente. Sin embargo, con la extrema polarización que sufre la sociedad egipcia, esta decisión de la Asamblea puede resultar explosiva. Más aún cuando está previsto que el domingo el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre su composición, y existen muchas posibilidades de que decida disolverla. Veintiséis de los cien miembros de la Asamblea habían dimitido. Pero 11 de ellos (liberales todos) fueron reemplazados por miembros que estaban en reserva, la mayoría de los Hermanos Musulmanes y salafistas del partido Nur. La Asamblea necesita al menos 67 votos para aprobar los artículos.
Algunas partes del borrador ha sembrado la polémica, como los artículos referidos al papel de la religión en el Estado o la protección de la mujer. A última hora se aprobaron los artículos referidos al Ejército, que mantendrá sus privilegios. El presupuesto militar estará sometido a la supervisión del Parlamento, y se seguirán permitiendo los juicios militares a civiles en ciertos casos.
Máximo, dos mandatos
Cuando el año pasado la junta militar quiso imponer este tipo de cláusulas a la Constitución, los egipcios salieron en masa a las calles, liderados entonces por los Hermanos Musulmanes, que hoy encabezan la Asamblea Constituyente que ha blindado el poder militar y que también aprobó limitar la presidencia a dos mandatos de cuatro años.
Algunos puntos controvertidos que ya se conocieron en los primeros borradores se han mantenido, como el que da al Estado el papel de mantener la moralidad y la «auténtica naturaleza de la familia egipcia», una referencia que, según algunos activistas de derechos humanos, podría penalizar modelos no conservadores de familia. Del nuevo borrador se han retirado, sin embargo, artículos que eliminan la discriminación en función de sexo. Uno de los más polémicos es el que define el marco religioso del Estado, que finalmente no ha sido modificado con respecto a la anterior Constitución. Según el artículo 2, el Islam es la religión del Estado y los principios de la 'sharia' (ley islámica) son la fuente principal del derecho. El hecho de que solo esos principios sean la fuente de legislación era una de las principales demandas de los grupos liberales y laicos.