Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
opinión

Recortes de portal

Francisco Apaolaza
Actualizado:

Jesús es un portero de edificio de esos que sonríen de sol a sol. Tendrá unos sesenta años disimulados en un físico de deportista y un todoterreno de los noventa empapelado con pegatinas surferas. Es un tipo de esos a los que quiere la gente en general; los niños y los perros en particular. Mi labradora se revuelca por sus pies cada vez que lo ve. Un día en que se reencontraron después de un tiempo separados, ella pasó diez largos minutos saltándole sus alegrías, chupándole los bajos de los pantalones, dando la vida por no separarse de su vera mientras que el aguafiestas de su dueño intentaba tirar de ella de camino a casa.

La perrita, que no es zalamera salvo con algunos elegidos, pasó cinco días buscando el rastro de su amigo por las esquinas de la urbanización, siguiendo el olor lejano de su colonia. Llevaba tiempo sin verlo y dar esos tirones de loca para arrojarse a sus pies y pasaría aún más tiempo sin saludarlo, porque Jesús estaba de baja por enfermedad. Tardó nueve meses en reincorporarse. Un cáncer se le había llevado las cuerdas vocales, entre otras casquerías.

Ahora ya ha vuelto hecho un alambre, apoyando el dedo en el pañuelo de la garganta para hacerse comprender. La perrita está de nuevo contenta de verlo. Él, no tanto. Un sector de los propietarios reunidos en una curiosa junta ha votado que el contrato de Jesús, hasta ahora indefinido, sea de autónomo en adelante. Ellos, que disfrutan de dos piscinas, que consiguieron la vivienda por medio de una cooperativa de trabajadores de una caja de ahorros, ellos que andarán en este momento en sus casas ciscándose en los muertos del poder político y de la Merkel, en la precariedad laboral y el ‘sursum corda’, ellos han decidido pagarle solo el neto de su sueldo. Porque es muy caro, sobre todo si recae, y tal vez lo necesiten para pagarse la tele por cable. Cada uno tiene sus razones. Enfrentados a gran parte de los vecinos, mandan al carajo las vacaciones de Jesús y las bajas por la posible recaída del cáncer de Jesús. La sonrisa de Jesús, cuesta tres euros mensuales por cabeza.