ESPAÑA

ERC no entrará en el Gobierno de Mas, pero se abre a un pacto externo

Mariano Rajoy telefonea al presidente de la Generalitat tres días después de que ganase los comicios autonómicos

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Artur Mas sabe ya que no le queda más remedio que gobernar en solitario y asumir con el resto de los nuevos consejeros de CiU todo el desgaste social de la dura política de recortes que tendrá que aplicar.

Oriol Junqueras le dejó ayer claro y en persona lo mismo que el martes le había transmitido durante una breve conversación telefónica. Esquerra Republicana, el único apoyo al que puede aspirar Mas sin protagonizar una rectificación, está dispuesta a negociar un pacto de legislatura que dé estabilidad al nuevo Ejecutivo, siempre que CiU se avenga a determinadas condiciones, pero en ningún caso entrará en un Gobierno de coalición, porque su intención es liderar la oposición como segundo partido en las urnas.

Mas, que comió durante una hora con Junqueras, fue incapaz de convencer al secretario general de ERC de las tesis de CiU, que defiende que un Gobierno sólido exige una coalición con mayoría absoluta en el Parlamento, que pueda retomar con pulso firme la senda del referéndum soberanista frente al Estado y acordar los ajustes presupuestarios que sean precisos para sacar a Cataluña de la casi bancarrota que padece. Es más, fuentes de Convergencia dieron a entender a los republicanos que sin Gobierno de coalición puede peligrar la celebración de la consulta secesionista en esta legislatura.

El líder de CiU es consciente de que la primera medida que tendrá que adoptar el futuro Ejecutivo será la aprobación de un presupuesto para 2013 con un ajuste adicional de unos 4.000 millones de euros, que equivale a la suma de los fuertes recortes de los dos últimos años. Le gustaría hacerlo desde la «corresponsabilidad» de los consejeros de ERC, pero los independentistas no están por la labor.

Junqueras insistió en que su partido no obstaculizará la investidura de Artur Mas, ya que considera que como ganador debe repetir como presidente de la Generalitat, y que está dispuesto a darle estabilidad durante los cuatro años si cierran un pacto externo.

Las principales exigencias de Esquerra son que Mas garantice una agenda con fechas y condiciones concretas para la celebración del referéndum soberanista que conduzca a un estado propio y que, al tiempo, dé un giro a su drástica política de recorte de servicios públicos, busque el ajuste del déficit por la vía de un aumento progresista de los ingresos, e incentive el crecimiento y la creación de empleo.

Sin opciones

Este es el único marco en el que Junqueras está dispuesto a avanzar en la negociación de un acuerdo estable. Mas no tiene más opciones porque el PSC rechazó el martes ser su socio y el PP insistió, un día más, que no tiene nada que hablar con CiU mientras el partido no asuma una rectificación total del desafío soberanista y se comprometa a retornar al respeto de las reglas constitucionales.

Los contundentes enfrentamientos entre convergentes y populares han roto casi todos los puentes entre ambos partidos. De hecho, fue ayer, tres días después de los comicios, cuando Mariano Rajoy telefoneó por primera vez a Mas, para mantener una conversación en la que comprometió el apoyo institucional a la autonomía y le recomendó que centre sus esfuerzos en combatir la crisis y aparque cualquier otro asunto menos prioritario.