El rescate a la banca nacionalizada impone reducir su tamaño el 60%
Las cuatro entidades nacionalizadas recortarán unos 10.000 empleos y suprimirán la mitad de las oficinas para recibir 37.000 millones
MADRID. Actualizado: GuardarBruselas dio el sí y puso sus condiciones. La banca española nacionalizada recibe el rescate europeo pero a cambio deberá hacerse más pequeña reduciendo un 60% sus activos y un 50% su red de oficinas, y llevar a cabo un recorte de plantilla que puede afectar a cerca de 10.000 empleos (6.000 en Bankia y 2.500 en Novagalicia Banco). Además, tendrá que centrarse en la banca minorista, en los préstamos al por menor y a las pymes, abandonar actividades de riesgo como el crédito a promotores inmobiliarios, no realizar prácticas agresivas comerciales, volver a centrarse en sus territorios históricos y recuperar el equilibrio entre préstamos y depósitos, según explicó el vicepresidente económico y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, en Bruselas.
Junto a esta fuerte reducción de tamaño, actividad y expansión geográfica, que tendrá que llevarse a cabo de aquí a 2017, las entidades deberán vender activos no estratégicos y participaciones empresariales, así como aplicar una fuerte quita a sus inversores en preferentes y deuda subordinada para reducir el volumen de ayudas públicas (de entre el 30 y el 70%). Los planes de reestructuración de las cuatro entidades nacionalizadas (BFA-Bankia, Novagalicia Banco, Catalunya Banc y Banco de Valencia) fueron aprobados por la Comisión Europea y recibirán 36.965 millones de euros en ayudas europeas a través del MEDE. De ellos 17.960 corresponden a BFA-Bankia (de los que ya se le han anticipado 4.500 millones); 9.080 serán para CatalunyaCaixa; 5.425 se destinarán a Novagalicia Banco y 4.500 irán a Banco de Valencia.
Con ello, serán viables a largo plazo, según la Comisión, sin necesitar más ayudas públicas. En todo caso, Almunia recordó que Novagalicia y Catalunya Banc serán vendidas antes de 2017. Si no se venden serán liquidadas mediante una «resolución ordenada». Banco de Valencia ya ha sido adjudicado a Caixabank. Y de Bankia se prevé que «siga operando en el mercado en condiciones de beneficio razonable y solvencia», señaló el comisario.
A las ayudas públicas a estas cuatro entidades se sumará una primera transferencia de hasta 2.500 millones de euros a la Sareb, el banco malo, que recibirá los activos inmobiliarios, y antes del 20 de diciembre, Bruselas prevé aprobar los planes de recapitalización de las otras entidades que precisan fondos públicos pero que no han necesitado ser nacionalizadas (Ceiss -Caja España y Duero-, Banco Mare Nostrum, Liberbank y Caja 3).
Aprobado el rescate, la pregunta sigue siendo la misma. ¿Quiénes son los responsables del agujero de las cajas y de que ahora haya que pagarlo? Según Almunia, son los que gestionaron mal las cajas y «la lista es muy larga». Y el coste del rescate, según el ministro Guindos, será «claramente inferior al 1%»
Una hora después de las explicaciones de Bruselas, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, presentaba su plan estratégico. Prevé volver a beneficios en 2013 (alrededor de 800 millones de euros) y alcanzar un beneficio neto de 1.200 millones en 2015 tras una reestructuración en la que se reducirán 6.000 empleos, un 28% de la plantilla, y se cerrarán 1.100 oficinas, el 39% del total. El recorte de personal se realizará a través de despidos, venta de filiales como el Banco de Miami, y otras fórmulas de salida como el 'outsourcing'.
Más de 20 días por año
Goirigolzarri no concretó cuántos de esos 6.000 serán despedidos ni en qué condiciones, pero fuentes de la entidad comentaron que están negociando con el Gobierno que se puedan ofrecer mejores condiciones que los 20 días por año que estipula la reforma laboral y que no han recibido un rechazo por parte del Ejecutivo. El comisario Almunia ya había aclarado que la CE no impone que se aplique la reforma laboral y que es una decisión de los gestores de las entidades.
El presidente de Bankia quiso dejar claro que el objetivo es devolver las ayudas públicas y, si es posible, con rentabilidad para el contribuyente. Recalcó que, aunque en volumen total su entidad es la que más dinero recibirá, en porcentaje sobre activos es la que necesita menos ayudas. Incluso aprovechó para lanzar un mensaje a la «preocupación» de los europeos por las ayudas concedidas: «Está bien que se preocupen, pero espero que también se preocupen los alemanes porque en Alemania las ayudas a los bancos han sido más elevadas».