Alemania teme que los socios deban aceptar una quita de la deuda griega
Diputados y expertos germanos no se fían de la ayuda extra de 44.000 millones aprobada por el Eurogrupo
BRUSELAS. Actualizado: GuardarAlemania duda de que la pesadilla griega haya terminado. Pese a que el Eurogrupo aprobó en la madrugada de ayer una ampliación de 40.000 millones en el segundo rescate del país, en Berlín no se descarta que se requieran ayudas adicionales en los próximos años. Varios diputados germanos, entre ellos un experto fiscal de la CDU de Angela Merkel, temen que los socios de la moneda única tengan que aceptar finalmente una quita en los préstamos concedidos a Atenas. Según algunos analistas, países como España e Italia, que se ven obligados a pagar precios elevados por colocar su deuda, ya han empezado a perder dinero virtualmente tras la nueva rebaja en los intereses de los créditos helenos.
Los alemanes volvieron a despertarse con un crispado debate sobre el desbloqueo y la extensión del segundo rescate. «Los griegos consiguen 44.000 millones», titulaba el popular 'Bild' en referencia a las ayudas liberadas por el Eurogrupo tras constatar que el país ha sacado adelante los ajustes exigidos. Con este controvertido clima en importantes sectores de la sociedad germana, los políticos intentaron aclarar si los fondos extra aprobados serán suficientes para enderezar el rumbo heleno. En concreto, la pregunta más repetida fue si los gobiernos asumirán pérdidas en los préstamos otorgados desde que se lanzó el primer salvavidas en 2010.
El titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, lideró los esfuerzos de la Eurozona para evitar una quita en los créditos, una opción defendida abiertamente por el FMI. A juicio de la entidad monetaria, esta condonación parcial resultaba fundamental para reducir la astronómica deuda griega (346.000 millones). Ayer, Norbert Barthle, especialista en asuntos presupuestarios de la conservadora CDU, reconoció que el 'no' de los socios a incurrir en pérdidas «no estará siempre fuera de la mesa». Distintos analistas consideran que la decisión será ineludible en los próximos años ante las negras perspectivas económicas que planean sobre el país.
La oposición alemana, encabezada por los socialdemócratas del SPD, pronosticó ayer que las pérdidas en los créditos se materializarán en 2014. «Les advierto de que la quita es inevitable y solo se ha aplazado hasta después de las elecciones», remarcó uno de líderes de la izquierda germana con la vista puesta en los comicios de septiembre de 2013. Frank-Walter Steinmeier agregó que su partido someterá a profunda revisión los acuerdos del Eurogrupo. Por ello, rechazó que el Bundestag pueda refrendar esta semana la ampliación de las ayudas como pretende Merkel.
En Atenas, el Gobierno acogió con sensaciones opuestas el acuerdo del club del euro. «Comienza un nuevo día para los griegos», enfatizó el primer ministro Antonis Samaras. Pese a que los ciudadanos seguirán haciendo sacrificios, el ministro de Finanzas admitió que el paquete de medidas «mantiene» al país en la divisa común y le abre «una gran oportunidad para salir del círculo vicioso de recesión y deuda». A corto plazo, la decisión también ha alejado el fantasma de la bancarrota. El cheque de 44.000 millones, que se desembolsará en dos partes entre diciembre y los primeros meses de 2013, aliviará la falta de liquidez de las arcas y evitará que se produzca una suspensión de pagos.
El resto de ayudas tienen como objetivo reducir el volumen de deuda en 2020, año en el deberá situarse en el 124%, porcentaje sostenible a juicio de los expertos para que el país prescinda de la respiración asistida. Para asegurar la meta, los socios rebajaron al 0,5% los intereses de los préstamos del primer rescate. Paralelamente, se ampliaron en 15 años los plazos de vencimiento y se puso en marcha un proceso para la recompra de títulos soberanos en manos privadas. Además, el BCE renunciará a 11.000 millones en beneficios obtenidos por la adquisición de bonos helenos desde que estalló la crisis.