ESTA CASA ES UNA RUINA

Tras el cuarto chaparrón caído este domingo en Écija, la casa se nos viene abajo. Preocupado, me siento preocupado, igual que todos los cadistas que vivimos y sentimos esta casa como si fuese la casa de nuestras vidas. Quizá el hundimiento del domingo se veía venir desde el verano. Todo empezó cuando la casa de todos, nuestra casa, necesitaba un arreglo desde el suelo hasta el techo, pasando por paredes, puertas y ventanas. Los arquitectos y las personas que llevamos años viendo como la casa se cae a pedazos poco a poco teníamos claro que la vivienda no solo necesitaba una pinturita por aquí y por allá, dos martillazos, una alfombrita, dos cuadritos y un pomito para la puerta. La casa necesitaba un 'proyecto' en condiciones, redactado por un profesional de la materia y que fuera llevado a cabo por un jefe de obra de primera. Vamos, lo que todo el mundo entendemos por no empezar la casa por el tejado. No se entendió así y para presumir de casa nueva y remodelada se optó por 'un lavado de cara' y que luciera a vista de todos lo antes posible. Durante el verano, cuando el 'lorenzo' luce sus mejores rayos, la casa relucía sus mejores colores, el buen tiempo brillaba y con ella la casa gustaba. El problema vino cuando aparecieron las primeras lluvias en un otoño lluvioso, el agua entraba por todos lados, las inundaciones eran múltiples y la casa, a pesar de su reluciente pintura, se venía abajo. El jefe de la obra fue despedido, el dueño de la casa avisó para tapar todos los boquetes a un capataz de confianza que durante años ha ido viendo todos los vaivenes sufridos por la propiedad. En sus manos estamos, todos expectantes por ver su opinión para tapar boquetes y afianzar la casa. Deseando estoy que llegue el domingo para ir a ver de nuevo la casa y ver por donde se empezaron a tapar boquetes y remodelar de nuevo ésta, nuestra casa.