La ofensiva contra Gaza remata a Barak

A Ehud Barak no le gusta perder. Los presagios de un posible fracaso electoral han provocado que el actual ministro de Defensa israelí haya dado un paso atrás y abandone la política. El exgeneral, de 70 años, alega que quiere dedicar más tiempo a su familia. Pese a que en ningún momento descarta la posibilidad de formar parte del Gobierno que salga de las urnas el 22 de enero, ayer explicó que es el momento de que «otros ocupen los altos cargos del Estado».

En realidad, muchos creen que detrás de su sorprendente retirada se esconde la imposibilidad de repetir en el Gabinete y de comandar al Ejército en una posible guerra contra Irán. Y es que los sondeos más optimistas le dan a la formación centrista de Barak cuatro escaños en el Knéset (la Asamblea nacional hebrea), solo uno menos de los que tiene ahora.

Miembros del Likud (el partido del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y favorito en los próximos comicios) han vetado su posible nombramiento. Su popularidad entre los colonos y la extrema derecha había caído en picado en los últimos meses y el alto el fuego con el que concluyó la ofensiva de la pasada semana contra Gaza, impulsado por el exgeneral y despreciado por los más radicales, ha sido la puntilla. Además, hombres fuertes del partido gobernante, como el titular de Relaciones Estratégicas, Moshé Yaalon, ansían ocupar ese puesto.